Que fácil seria decir quémenlos a los malos, los que han decidido vivir del otro lado
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¿Quién es Dios para ti? ¿Qué es lo que te llena? ¿A quien buscas en la soledad? Tantas preguntas y tan pocas respuestas. Tantas enciclopedias desbordantes de teorías, páginas, y coordenadas. Tantos programas proponiendo respuestas que detrás de ellas consiguen traer una nube de dudas y traiciones hacia la Iglesia. Cada noche, cada mañana, ON y OFF muestra el televisor…Canal uno las profecías de Nostradamus, canal dos manchas de sangre se asoman por la ventana, suenan los chillidos estridentes de un niño, la mamá y su hermana. Canal tres, para que te cuento, ya ni siquiera se porque encendí la televisión en primer lugar.
Cómo ataca la duda ¿verdad? Te preguntas: ¿Habrá cielo? ¿Habrá infierno? Me marea pensar tanto, me pregunto, me cuestiono y al final me enredo más en mis propias conclusiones. Pero de nuevo pienso: Si Dios existe…¿Qué ondas? ¿Por qué existe el miedo? ¿Por qué existen los asesinos? ¿Por qué la gente muere? ¿Por qué las guerras? ¡El Salvador! ¡Ay mi país! Tan corrupto, tan lleno de miseria y pobreza, tanta violencia y delincuencia…que fácil seria decir quémenlos a todos, denles fuego a todos los malos, los que han decidido vivir del otro lado.
Momento…tú ya habías pensado esto antes, no te culpo seria una solución fácil. Pero de nuevo: ¿Qué haría Jesús? ¿Qué me diría Jesús al pensar estas cosas? Decimos querer parecernos más y más a Él y se nos olvida QUIEN es ÉL.
Me queda claro que Jesús no le tenía asco a los leprosos, comía con pecadores y recaudadores de impuestos, fue escupido, pisoteado, crucificado…y en el día de su muerte ¿recuerdas aquellas palabras? “Padre, perdónalos , porque no saben lo que hacen.”
¿Qué pasaría, si tuviéramos más misericordia ante estas personas y… en vez de desearles la muerte, les dedicáramos una oración? ¡Qué diferente fuera el mundo!
Que diferente fuera si oraras por los políticos corruptos de tu país, si en vez de maldecirlos, pidieras a Dios por sus corazones. Porque lo que le importara a Dios no es tu opinión sobre la violencia e injusticias, le importa que harás TÚ al respecto…Dios sabe que no puedes ir a rogar paz así por así en una situación de ese tipo, pero si sabe que puedes orar por cada uno de ellos. Hasta el día de hoy ¿qué estás haciendo?
Recuerda que sino eres parte de la solución, eres parte del problema. Tu opinión, tus quejas, tus protestas, pueden llamar la atención de las personas…Pero ¿es esta la que quieres llamar? ¿No seria más importante llamar la atención de Dios?
Para que Él mueva su mano sobre nuestros problemas. En esta cuaresma no seamos indiferentes ante las minorías, dedícale una oración a ese indigente que viste pidiendo en el semáforo, a los encarcelados, a los enfermos, por la conversión de grupos terroristas, doctores abortistas, ateos, delincuentes, víctimas de violación, por el sacristán de tu iglesia, el vigilante de tu colonia, por la persona que te asaltó aquella vez, en fin, ora por los que nadie ora hazlo porque aunque no te parezca, es lo que Jesús haría.
Finalmente cuando vuelvas a desearle la muerte a estos delincuentes, cuando desees que se mueran de viejos en las cárceles, cuando pienses que son personas tan olvidadas que nadie ha de pensar en ellos recuerda que Jesús dijo: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” Tú y yo no somos quien para decir que los malos no merecen perdón porque esa decisión no le toca al hombre decidir, sino a Dios delegar.
Artículo originalmente publicado por La Puerta Estrecha