Cómo el ISIS ha arrasado pueblos y ciudades del noroeste de Siria esta semana
Pueblos y ciudades que han sido ocupadas por cristianos desde hace tiempo en el noroeste de Siria han sido arrasados y las iglesias destruidas, informó hoy un obispo de Siria en una carta a Aleteia y otros medios de comunicación.
El arzobispo Jean-Clement Jeanbart, metropolitano de Aleppo de la Iglesia melquita, ha estado monitoreando la situación en los alrededores de Hassake, donde cientos de refugiados están asustados al haber sido tomadas sus ciudades por militantes del grupo del estado islámico esta semana.
“En diez ciudades cristianas situadas en el río entre la localidad de Taltamer y la ciudad de Hasakah, han arrasado a su población”, El arzobispo Jeanbart escribió: “Dos iglesias fueron destruidas y muchas otras dañadas, quemadas o saqueadas. Cruces o estatuas rotas e iconos derribados y destrozados”.
El arzobispo hizo referencia a los secuestros, esta semana, de cientos de residentes de “ciudades cristianas habitadas por gente pacífica de la comunidad asiria”.
Su destino es aún desconocido, y muchos temen que hayan sido ejecutados por el grupo Estado Islámico o usados como escudos humanos contra los ataques aéreos que se han llevado a cabo sobre las localizaciones del ISIS por parte de la coalición liderada por Estados Unidos. Otros creen que el Estado Islámico puede haberlos usado como moneda de negociación.
De acuerdo con la agencia Fides, el estado islámico primero retuvo a los cristianos asirios, incluidos mujeres y niños, en una detención centrada en Mount Abdulaziz, luego los habrían dispersado en áreas bajo su control, incluida su fortaleza de Raqqa, Siria.
La agencia citó a Samir Yaji, miembro del Al-Nusra Front, un grupo sirio yihadista vinculado a al-Qaeda, quien informó a la página web kurda ARA News que los prisioneros incluyen a 40 soldados kurdos y paramilitares asirios de la Brigada Sutoro.
Fides también citó al arzobispo Jacques Behnan Hindo, arzobispo sirio católico, quien dijo que durante el asalto de los yihadistas, cuatro militantes de Sutoro fueron asesinados. Otro cristiano fue quemado vivo porque su tienda fue incendiada por yihadistas. “Quizá estaba también armado e intentó oponer resistencia al estado islámico”, dijo el arzobispo.
El arzobispo Jeanbart, en su carta, dijo que muchas pequeñas localidades han sido atacadas y ocupadas por grupos terroristas.
“La gente estaba asustada e intentó huir de sus casas y encontrar refugio en ciudades más grandes, protegidas por el ejército regular del Gobierno, que no están ocupadas por el ISIS, como Hassake y Qamishli, ciudades vecinas de la región del país", explica.
"Los cristianos están ansiosos y temerosos, claramente, y viven en muy malas condiciones actualmente. Nadie sabe lo que pasará el día de mañana -continúa-. El futuro depende de la progresión militar del ejército así como de los esfuerzos pacificadores".
"Esperamos que sean capaces de encontrar argumentos significativos que logren convencer a los partidos y los conduzcan a dar pasos hacia la reconciliación y la paz para unirse y triunfar en alejar a los invasores”, auspició.
En su ciudad, Aleppo, arrasada por la guerra, dijo, continúa habiendo bombardeos, pues las fuerzas rebeldes siguen luchando contra el Gobierno.
“Vemos cada día a los civiles viviendo en las áreas residenciales de la ciudad aterrorizados por cientos de bombas cayendo sobre ellos y provocando serios daños y muchas pérdidas inocentes”, continuó.
Ayer, de hecho, cayó un mortero en una calle muy poblada, cercana a la iglesia de San Francisco. Una joven de 20 años murió, añadió, y “varios de nuestros fieles resultaron heridos”, incluida la esposa de un empleado de la iglesia, que se rompió una pierna.
“Todo esto es terrible y nuestros cristianos así como muchos otros ciudadanos están asustados”, continuó. “La gente está padeciendo inseguridad y todo tipo de peligros y dificultades: desempleo, pobreza, falta de dinero, agua, electricidad y combustible".
"La inflación ha hecho que todo esté muy caro -lamentó-. La gente pobre, la cual es muy numerosa, está pasando días muy difíciles, a menudo vive miserablemente y con la necesidad de todo tipo de cosas que una familia puede necesitar”.
“A veces nos preguntamos qué sigue”, prosigue el arzobispo. “Intentamos hacer todo lo posible por mantener la confianza para ayudar y dar consuelo a las personas. Hemos organizado varios programas de ayuda, permanecemos a su lado y lo hacemos lo mejor que podemos, intentando darles esperanza y valor para enfrentar su sufrimiento y anhelamos ansiosamente, esperando ver la paz establecida nuevamente”.
En medio de todo esto, dijo, la emigración está “vaciando el país de su componente cristiano y nuestra Iglesia de un buen número de sus fieles. Estamos enfrentando uno de los más importantes desafíos de nuestra historia de 2000 años".
"Lucharemos con todas nuestras fuerzas y actuaremos con todos los medios a disposición para darle a la gente razones para quedarse y no irse, sabemos que será exigente y muy difícil -añadió-; sin embargo, creemos en Dios y estamos convencidos de que nuestro amado Jesús está presente en su Iglesia y nunca nos dejará solos en nuestra desgracia”.
En la imagen, asirios encuentra refugio en Hasakah (Siria)