Rezó ante todos los asistentes a la ceremonia para que México tenga un mejor gobierno y otra, para que Estados Unidos reconozca a los migrantes
Alejandro González Iñárritu, el cineasta mexicano que se consolidó el pasado domingo como el director del año en la ceremonia de los premios Oscar al ganar tres estatuillas por su película Birdman, sorprendió a muchos con su discurso tras recibir el último premio, frente al elenco del filme protagonizado por el veterano actor Michael Keaton.
González Iñarritu, que estudió la carrea de Comunicación en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, una universidad jesuita, elevó dos plegarias frente a todas las celebridades de Hollywood y el “sistema de las estrellas” construido en la que se suele llamar “la Meca del cine”: una, para que México tenga un mejor gobierno y otra, para que Estados Unidos reconozca a los migrantes, en su mayoría hispanos, y más aún, mexicanos.
Al anunciar el premio de la Academia al mejor director, el presentador, el actor Sean Penn, en tono de broma (que cayó muy mal a la comunidad hispana) preguntó: “¿Quién le dio a este hijo de p… la tarjeta de residencia?”, antes de anunciar que Alejandro González Iñárritu era el ganador.
El cineasta mexicano respondió al aceptar la estatuilla: “Tal vez el próximo año, el gobierno imponga algunas reglas de inmigración a la Academia. Dos mexicanos consecutivos, es sospechoso, supongo”. Su victoria se produce al año siguiente de que su amigo y compatriota Alfonso Cuarón se convirtiera en el primer latinoamericano galardonado como mejor director.
Sin embargo, el momento central de las palabras de González Iñárritu fue cuando dedicó su premio: “Quiero dedicar este premio –dijo– a mis compatriotas mexicanos, los que viven en México. Rezo para que podamos encontrar y construir el gobierno que merecemos".
"Y por los (mexicanos) que viven en este país, que son parte de la última generación de inmigrantes en este país -continuó-, rezo para que sean tratados con la misma dignidad y respeto que los que vinieron primero y (construyeron) este increíble país de inmigrantes”, puntualizó.
Más tarde, en la sala de prensa, le dedicó también el premio a su mamá y antes lo había hecho a su esposa y a sus hijos.
Las reacciones ante este discurso no se hicieron esperar: en Estados Unidos, los republicanos más conservadores dijeron que ante el discurso del cineasta mexicano “se sintieron incómodos”, puesto que no aceptan la inmigración en Estados Unidos, mientras que, vía Twitter, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México reclamó a González Iñárritu diciéndole que el gobierno actual está tratando “de construir un mejor país”.
Sin embargo, lo dicho por el cineasta mexicano ha calado hondo. Y más aún, frente a un universo de poca fe, el rezar por la patria y por sus compatriotas, lo ha puesto en la parte alta de las consideraciones de los mexicanos en su país y de los hispanos en Estados Unidos.