Genocidio silenciado que sufrieron unos 500.000 cristianos
El Patriarca siro católico Mar Ignace Youssef III ha abierto las celebraciones por el centenario del Genocidio asirio, explica la Agencia Fides.
Con una celebración en la noche del sábado 21 de febrero, la Iglesia sido católica da comienzo a la conmemoración de uno de los genocidios más silenciados de la historia.
La misa contó con la presencia, entre otros, del patriarca maronita Bechara Boutros Rai, del patriarca greco-melquita Grégoire III y del patriarca sirio-ortodoxo Ignace Aphrem II, junto con el Nuncio Apostólico Gabriele Caccia.
Deportación y exterminio de cristianos
El “Genocidio asirio” fue una deportación y exterminio sufrido por los cristianos pertenecientes a las comunidades asiria, caldea y siríaca realizadas en territorio otomano por el gobierno de los “jóvenes turcos”.
Se trató de un genocidio realizado entre los años 1914 y 1920 en el actual suerte de Turquía. Allí, los cristianos de la Alta Mesopotamia fueron reubicados a la fuerza y masacrados.
Es difícil conocer el número exacto de víctimas, aunque se estima que entre 250.000 y 750.000 personas sufrieron esta persecución que ha sido silenciada y poco investigada por realizarse en el mismo momento que el genocidio armenio.
En su homilía, cuyo texto ha sido enviado a la Agencia Fides, el patriarca Ignace Youssef recuerda a las víctimas del exterminio de cien años atrás, haciendo hincapié en que los descendientes de las víctimas indefensas nunca han tratado de vengarse de la violencia sufrida por sus padres,.
El Patriarca siro-católico ha vinculado la memoria histórica de aquellos eventos a lo que sufren en la actualidad muchas comunidades cristianas en Oriente Medio.
Sobre estos conflictos actuales el Patriarca ha llamado en causa las responsabilidades de los “sistemas regionales e internacionales” que los han fomentado, alimentando con armas y recursos logísticos a las milicias yihadistas y a los grupos terroristas.