”.
“Los hombres y las mujeres de hoy necesitan encontrar a Dios y conocerlo “no de oídas”… Un buen curso de Ejercicios Espirituales contribuye a renovar en quien participa la adhesión incondicional a Cristo y ayuda a entender que la oración es el medio insustituible de unión al Crucificado”.
“Retiros los hacían ya los primeros cristianos. Después de la Ascensión de Cristo al Cielo encontramos a los Apóstoles y a un grupo numeroso de fieles reunidos dentro del Cenáculo, en compañía de la Virgen Santísima, esperando la efusión del Paráclito que Jesús les había prometido. Allí los halla el Espíritu Santo perseverantes unanimiter in oratione (Hch 1, 14), metidos en la oración.
De igual modo se comportaron aquellas almas que en la primitiva cristiandad, sin apartarse de la vida de los otros, se entregaban a Dios en sus casas; y los anacoretas que marchaban a los desiertos, para dedicarse en soledad al trato con Dios… ¡y al trabajo! (…).
Todos los cristianos que se han preocupado sinceramente por su alma, han hecho de un modo u otro sus retiros. Porque se trata de una práctica cristiana”. (San Josemaría)
Fuente: F. VIVES UNZÚE. (GER) y primeroscristianos.com
BIBL.: J. LECLERCQ, A. RAYEZ, P. DEBONGNIE, Exercices spirituels, en DSAM 4,1902-1933; P. POURRAT, La Spiritualité Chrétienne, III, París 1947; GARCÍA XIMÉNEZ DE CISNEROS, Ejercitatorio de la vida espiritual, Madrid 1957; G. M. COLOMBÁS, un reformador benedictino, García Ximénez de Cisneros, Montserrat 1955; S. IGNACIO DE LOYOLA, Exercicios spirituales. Autógrafo español, 10 ed. Madrid 1962; lo, Exercitia spiritualia Sancti Ignatii de Loyola et eorum Directoria (ed. crítica de A. C’ODINA), Madrid 1919; I. IPARRAGuiRRE, Historia de los ejercicios de S. Ignacio, 2 vol. Bilbao 1946-1955.
Artículo originalmente publicado por Primeros Cristianos