El Gobierno de Marruecos lanzó esta semana una operación para desalojar los campamentos del monte Gurugú, poblado habitualmente por migrantes que preparan su intento de entrada a Europa a través de la frontera con Melilla. Cientos de estas personas han sido desalojadas por la fuerza, –y sus campamentos quemados–, y muchas de ellas han sido detenidas y trasladadas en autobuses a distintas ciudades de Marruecos, sin que se conozca el paradero exacto de todas ellas.
La noticia de las expulsiones, prohibidas por la legislación internacional, han venido acompañadas por numerosos testimonios de agresiones que habrían provocado en los migrantes heridas de distinta consideración.
Mundo Negro ha contactado con Helena Maleno, de la red Caminando Fronteras, que ha confirmado que “entre los detenidos hay menores adolescentes, e incluso algunos de entre 10 y 13 años; también posibles demandantes de asilo malienses y cameruneses”.
Entre los migrantes procedentes de Malí muchos huyen de los fundamentalistas musulmanes en el norte del país, mientras que algunos de los cameruneses escapan de la persecución a la homosexualidad que se produce en su país (y también en Marruecos).
“No sabemos cuál va a ser su suerte, porque no han sido informados, a pesar de que es su derecho. No se sabe si van a sufrir una deportación colectiva al sur, en el desierto, o si serán forzados a regresar a sus países de origen”, dice Maleno.
“Esto pone de manifiesto la ilegalidad de las devoluciones en caliente, puesto que no podemos devolver a personas a países donde puedan sufrir tratos inhumanos y degradantes”, añade la activista.
El Gobierno de Rabat había anunciado esta semana que los numerosos campamentos que se extienden por todo Marruecos serían desmantelados, “pero nadie pensó que sería tan rápido”, publica El Mundo.
Hace unos días, el ministro de Interior en España, Jorge Fernández Díaz, dijo que los subsaharianos que entraran al país por Ceuta o por Melilla no podrían solicitar asilo político.
En este enlace se escucha uno de los testimonios de los que hasta ayer pernoctaban en uno de los campamentos del Monte de Gurugú. “Han golpeado a la gente. En mi gueto hay un chico al que le han roto la columna vertebral. Han herido a gente. Hay un ‘pequeño’ que cayó sobre las piedras y se ha dañado los riñones, todo el mundo aquí dice que ha muerto”, asegura.
Artículo originalmente publicado por Mundo Negro