Economía y ‘valores’: nuevos y arriesgados modelos cinematográficos irrumpen en la escena para evangelizar el mundo
Está claro que se está produciendo un renacimiento del cine de «valores», que no necesariamente acarrea un componente religioso. Quiero referirme, entonces, a dos grupos de películas muy distintas entre sí, que sirven, de manera suficiente, para hacer una aproximación bastante directa a nuestras heridas internas más dolorosas y recientes, a saber, el acomplejamiento de no rebelarse católico ante el mundo.
De este modo, nos encontramos, primero, con historias de carácter histórico, basadas en hechos reales, como Katyn (Andrzej Wajda, 2007), Popieluszko (Rafal Wieczynski, 2009), Prefiero el paraíso (Giacomo Campiotti, 2010), De dioses y hombres (Xavier Beauvois, 2009) o Érase una fe (Pierre Barnerias, 2010), por ejemplo, que dan la medida perfecta para el proceso evangelizador.
Por otro lado, se encuentra un grupo de filmes, que dejando atrás su halo religioso, ponen también de manifiesto su compromiso de denuncia contra la sociedad en clave positiva.
En esta segunda propuesta se incluirían películas que explican la crisis financiera, como son los casos de las historias Margin Call (J. C. Chandor, 2011) –thriller estadounidense en torno a la crisis económica que traza una dura crítica al capitalismo sin escrúpulos de la sociedad moderna-, Inside Job (Charles Ferguson, 2010) -documental narrado por el actor Matt Damon versa sobre la sistemática corrupción de los Estados Unidos por la industria de servicios financieros y las consecuencias de dicha corrupción-, Capitalismo, una historia de amor (Michael Moore, 2009) -denuncia abierta del polémico director al sistema capitalista de Wall Street, en la que adopta un punto de vista que analiza la crisis financiera mundial y la economía estadounidense en plena transición entre la administración entrante de Barack Obama y la saliente de George W. Bush- o The company men (John Welles, 2010), que cuenta la historia de Bobby Walker (Ben Affleck), un hombre con un buen trabajo, una familia estupenda y un espectacular porsche en el garaje. Cuando, de manera inesperada, su empresa decide reducir la plantilla, él y muchos compañeros se quedan en el paro. Sus superiores Phil Woodward (Chris Cooper) y Gene McClary (Tommy Lee Jones) poco pueden hacer para ayudarle, porque tampoco ellos tienen asegurado su puesto en la empresa. Bobby tendrá entonces que replantearse su vida y su papel como marido y padre.
Lejos quedan las producciones españolas sobre el tema, aunque fuera en clave crítica y realista, como El pisito (Isidoro M. Ferry y Marco Ferreri, 1959), o en tono de comedia como Atraco a las tres (José María Forqué, 1962).
Vistos los mimbres, la idea de que entre tanto cine abordando la cuestión económica pueda, a su vez, introducirse el mundo de los valores resulta esencial. De ahí que sea tan necesario dar a conocer estos nuevos modelos cinematográficos, siempre y cuando la sociedad contemporánea esté dispuesta a asimilar los cambios, es decir, de fijar la mirada en Aquel por quien todo merece una nueva oportunidad.