La trata de seres humanos mueve en España cinco millones de euros al día. Una situación dramática para muchos hombres, mujeres y niños, que suelen sufrir el abuso de tratantes y traficantes que aprovechan los flujos migratorios para hacer negocio.
En El Espejo de COPE, María Estrella Merchán, de la Secretaría de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, explica cómo la situación que se vive en España es muy cruda, una situación a la que no se le ofrece visibilidad y que debe cambiar la mirada de la sociedad.
“El tema de la trata tiene un elemento fundamental que es el cliente y el consumidor. Hablamos de personas que consumen prostitución. La sensibilización tanto en el campo educativo como social y pastoral es fundamental”, afirma María Estrella Merchan que considera que no sólo es un problema social sino que también es evangélico.
Alrededor de 36 millones de personas son víctimas de trata, de la explotación sexual de los trabajos forzados, de la esclavitud. ¿En España también?
En España existe una realidad muy cruda, porque España en estos momentos es un país de destino de la inmigración. Dentro de la inmigración, hay un parte que aprovechan los tratantes y traficantes para utilizar y explotar a determinado número de personas. Desde hace un tiempo la trata de persona empieza a ser una realidad en España.
Este martes en la presentación de las Jornadas se decía una frase que puede sonar muy fuerte. Decía una religiosa: “Un hombre que tiene necesidad de comprar sexo no es un verdadero hombre”. ¿Hace falta sensibilizar?
Absolutamente. Estoy convencida de que el tema de la trata tiene un elemento fundamental que es el cliente y el consumidor. Hablamos de personas que consumen prostitución. La sensibilización tanto en el campo educativo como social y pastoral es fundamental.
La trata conlleva muchísimas causas y tiene en su interior una problemática muy grande porque hay que hablar también todo lo que supone de dinero. Políticamente se está trabajando mucho en este terreno y es muy difícil quitarla.
Hay un elemento que es el cliente y en España tenemos una cultura muy permisiva de la prostitución y no nos damos cuenta de que, hoy por hoy hay muchísimas mujeres que están siendo maltratadas, engañadas y esclavizadas. Cuando hablamos de la trata como esclavitud del siglo XXI es porque es muy real.
El lema justo que indica la Jornada Internacional es “Enciende una luz”. ¿Por qué? Porque no somos conscientes de esa realidad. No sabemos que pasa, ni quiénes son. No le ponemos rostro. Le ponemos rostro de mujeres prostitutas, pero no le ponemos un rostro concreto.
¿Criminalizamos a las víctimas, a las prostitutas en este caso y no nos fijamos en los verdugos?
Ni en los verdugos ni en nuestra propia responsabilidad. Nosotros tenemos una mirada concreta y con esa mirada juzgamos a las personas. Esa mirada hay que cambiarla. Por eso el lema incide en visibilizar la realidad que hay detrás de todo esto: prostitución, mendicidad, explotación laboral, matrimonios serviles,…todo es trata.
Hay que ser consciente y tomar en la mano lo que pasa en la sociedad. Esta jornada nos ha hecho una invitación a tomar postura. Los obispos españoles ya hablaban en el año 2000 de que esto es un drama moral.
¿Cómo trabaja la Iglesia en el tema de la trata?
Los obispos españoles ya hicieron una reflexión en el año 2000 y las distintas Conferencias Episcopales también han tenido una toma de postura de visibilidad esta situación. Este problema tiene una implicación evangélica, como nos ha puesto de manifiesto el Papa Francisco.
Es la pregunta que nos lanza el Papa: ¿Dónde esta tu hermano? La Iglesia tiene una intervención y trabaja con las víctimas, en la respuesta directa, en la acogida, en el acompañamiento, en el proceso de recuperación…
Estas mujeres no se identifican como víctimas de trata, se identifican como un proceso, han venido engañadas y psicológicamente se ha transformado su mundo. Ahí esta la Iglesia dando esa respuesta. También quiere dar a conocer y despertar las conciencias.