
En el corazón cristiano habrá sosiego y paz mientras está alerta nuestra fe; pero, si se duerme, comenzamos a peligrar#SanAgustin (Comentario al Salmo 93,25)
Si nuestra fe está alerta, la paz interior no se turbará por las dudas que nos puedan surgir. Buscaremos las respuestas preguntando, leyendo o meditando sobre aquello que nos hace dudas. El problema es que la fe se duerma, es decir, que dejemos de confiar en el Señor y desesperemos de encontrar respuestas. En el momento en que la fe duerme, aparece la desesperanza y tras ella, el pánico al vacío. Este es el momento que el enemigo aprovecha para tentarnos de forma similar a como fue tentado Cristo.
El enemigo no ofrece lanzarnos al vacío y esperar que Dios nos salve. Es decir, nos propone tentar a Dios actuando contra su voluntad. Este es el primer paso para romper el lazo de confianza que nos une con el Señor.
Nos ofrece popularidad y relevancia social, si dejamos la confianza en Dios y la depositamos en el enemigo. Nos ofrece el vacío envuelto en un maravilloso papel de regalo. Tarde o temprano nos daremos cuenta que el vacío no llena y encontraremos la desesperación.
El enemigo nos ofrece que convirtamos las cosas cotidianas en sustento del espíritu. Trabajo, solidaridad vacía, dinero, cosas materiales, son engaños que parecen que nos hacen olvidar las dudas. Pero centrar nuestra vida en tener y hacer, nos aleja del Ser.
¿Dónde resolver las dudas? Hay tres lugares estupendos donde podemos encontrar respuesta a todo:
1. En la Palabra de Dios y en los escritos espirituales. Son especialmente útiles los escritos de los Primeros Padres de la Iglesia, ya que explican muchos aspectos de la fe, que en pleno siglo XXI damos por amortizados.
2. La oración, que nos permite compartir con el Señor las dudas y sintonizar nuestro corazón con la Voluntad de Dios. Los sacramentos ayudan a profundizar en la sintonía con la Voluntad de Dios.
3. La comunidad, en donde se pueden compartir las dudas y encontrar las respuestas que otros hermanos han hallado en su camino. Formamos comunidades para algo más que estar presentes en la misa del domingo. Cristo está presente en medio de la comunidad que reúne en Su Nombre.