En determinadas circunstancias las personas pueden trabajar los domingos, pero debe ser una opciónexcepcional, correctamente remunerada y sobre todo compensada: ¡no es lo mismo trabajar un domingo que un martes!, afirma en la siguiente entrevista Cyril de Queral, empresario y presidente de la comisión de comunicación de los Empresarios y dirigentes cristianos (EDC) de Francia. “Si no hay un día en que todo el mundo esté de descanso, perderemos todo vínculo social”, añade.
¿Qué opinan los miembros de Empresarios y Dirigentes Cristianos (EDC) sobre el trabajo dominical?
Como empresarios y dirigentes cristianos -¡quizás primero cristianos y dirigentes después!-, somos conscientes de que Francia está en una situación económica difícil, con una fuerte tasa de desempleo.
La introducción de nuevas maneras de trabajar, de nuevas legislaciones que favorecen el trabajo, son buenas. En este sentido, nosotros somos bastante favorables a que el trabajo dominical se haga posible.
Sin embargo, es para nosotros primordial que este día no sea considerado como los demás. ¡Sería una decisión muy mala que trabajar el domingo fuera considerado igual que trabajar el martes!
¿Cuál sería el peligro de la generalización del trabajo del domingo?
Pensamos que es importante, más allá de nuestros valores cristianos, tener un día a la semana, que sea “santuarizado” y que cada uno sepa que ese día, a priori, no se trabaja y que uno puede reencontrarse en familia, entre amigos o entre miembros de una asociación.
Si esto no se suprime nunca, la vida de todas las personas que trabajan en las grandes ciudades será tomar el metro por la mañana, ir a trabajar y volver por la noche a dormir. No harían nada más en toda la semana.
El día en que algunos estén de descanso, los demás no lo estarán y el lazo social desaparecerá. Si no hay un día en que todo el mundo esté de descanso, perderemos todo vínculo social.
Como miembros de EDC, estamos de acuerdo en que exista la posibilidad de trabajar el domingo, pero esto debe permanecer como algo excepcional, correctamente remunerado y sobre todo compensado.
¿De qué manera los EDC intentan tener peso en el debate existente en Francia en torno al domingo como día festivo?
Intentamos influir dando nuestra opinión en los medios de comunicación y ante cada actor del debate que nos lo pida.
Los EDC no son un lobby. Sin embargo, nos beneficiamos de una representación an MEDEF y en la CGPME (Confederación general de las pequeñas y medianas empresas).
Nosotros damos nuestra opinión a los sindicatos profesionales que pueden llevar nuestra voz.
En periodo de alto desempleo, ¿el trabajo dominical sería una solución para relanzar el consumo y las contrataciones?
Estamos de acuerdo en el hecho de que en la situación económica actual, con las dificultades y el paro que conocemos, hay que abrir la posibilidad a trabajar el domingo.
Esta apertura puede tener un efecto benéfico sobre la economía. Pero con esta reserva, sin embargo: el domingo sólo deben trabajar los que lo deseen, y es necesario que ese trabajo sea justamente remunerado.
Fuertes en nuestros valores y nuestra ética, consideramos que un asalariado que haga un esfuerzo especial viniendo a trabajar el domingo debe ser recompensado. Esto forma parte de nuestros valores de empresarios cristianos.
¿Qué defiende la ley Macron tal y como se ha presentó en la Asamblea hace unos días?
Propone entre cero y doce domingos de apertura posible al año, decididos por los ámbitos locales y en acuerdo de ramos.
Esto nos parece aceptable en el sentido de que no es generalizado y hay negociación a dos niveles: con el poder local por una parte y por ramos por otra parte.
Esto es lo interesante: nosotros defendemos la subsidiariedad, o dicho de otra manera, el hecho de que no se reservan a la cima del Estado las leyes que prevén todos los casos y que sean indiscutibles.
Somos más favorables a que se ponga un marco y que después haya negociaciones sobre el terreno entre las empresas y los partners sociales, lo cual sería el caso con esta ley tal y como se ha presentado a los diputados.