En México, por ejemplo, los universitarios de tez clara tienen un 11 por ciento más probabilidades de obtener empleos mejor remunerados
Durante muchos años, el discurso de la integración de las razas y las culturas, especialmente las culturas indígenas, ha sido la piedra de toque, el caballo de batalla de muchos partidos políticos y de personajes en el poder en América Latina. También de los estudiosos y de los indigenistas. Pero apenas se ha logrado algo en la realidad de los principales países de la región.
Esto lo demuestra el estudio comparativo Etnicidad y Raza en América Latina (PERLA, por sus siglas en inglés), un trabajo resultado de cinco años de investigación, elaborado por la Universidad de Princeton, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, (CIESAS), Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México, la Fundación Ford y otras instituciones académicas de los países participantes.
El estudio reveló que la discriminación por el color de piel en países como México, Perú, Brasil y Colombia “influye en el desarrollo laboral de personas que tienen el mismo grado de escolaridad”. En México, por ejemplo, los universitarios de tez clara tienen un 11 por ciento más probabilidades de obtener empleos mejor remunerados en comparación con quien tiene la piel oscura, cuya posibilidad es de tan solo el 4 por ciento.
Por el contrario, indica el trabajo liderado por la Universidad de Princeton, las actividades de jornaleros, campesinos o trabajadores domésticos son realizados, en su mayoría, por personas con piel oscura (49 por ciento, contra el 24 por ciento de piel clara en México); mientras que en Brasil, la proporción es de 24 por ciento contra el 13 por ciento, respectivamente; en Colombia es del 35 por ciento y el 29 por ciento y en Perú es del 12 por ciento contra el 7 por ciento.
El trabajo muestra que en México, el 67 por ciento de las personas encuestadas han presenciado actos de discriminación por motivos económicos o de pobreza. En tanto, en Colombia, se registró un 73 por ciento y Perú, un 76 por ciento. Brasil resultó el país con menor discriminación en este rubro con un 39 por ciento.
Por lo demás, el 55 por ciento de los encuestados mexicanos fue testigo de actos discriminatorios por el color de la piel, contra el 70 por ciento en Perú, el 74 por ciento en Colombia y el 42 por ciento en Brasil.
La investigación forma parte del seminario Imaginarios Nacionales en México y América Latina: Discriminaciones y Desigualdades, que se realizó el pasado jueves y viernes en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México, mismo que incluyó mesas de análisis sobre desigualdades y discriminación en América Latina y los procesos de mestizajes en la región; una región que no acaba de comprender en la práctica lo que afirma en la teoría: la igualdad de razas… y de oportunidades de vida.
Con información del portal Animal Político