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Monseñor Romero: “ya tenemos los de aquí a alguien a quien rezarle”

Oscar romero

© Jose CABEZAS / AFP

Procesión recuerda el asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero

Jaime Septién - publicado el 05/02/15

Panorama general de la alegría en América después del anuncio del martirio

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Pocas ocasiones un anuncio de martirio y beatificación ha levantado tanto revuelo y alegría como lo ha hecho en El Salvador, y en el resto de América Latina, como la decisión del Papa Francisco que reconoce que el camino a los altares de monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez, “Romero de América”, está abierto.

Desde el pequeño pueblo donde nació monseñor Romero, hasta el palacio presidencial de El Salvador, pasando por la sede de la Organización de Estados Americanos OEA) en Washington, el decreto que autoriza su beatificación (y, quizá, su canonización directa, sin el paso previo de la propia beatificación) ha levantado alegría y esperanza en el pequeño país centroamericano que monseñor Romero fecundó con su sangre. 

El sueño de un país tranquilo

Para el obispo auxiliar de San Salvador, monseñor Gregorio Rosa Chávez, uno de los que más ha abogado por la causa de monseñor Romero, el anuncio que se hizo el martes pasado en El Vaticano es "una buena noticia para El Salvador, donde hay tanta mala noticia”. 

Según el prelado salvadoreño, quien fuera el que anunció antes que nadie las intenciones del Papa Francisco, el que se haya reconocido que monseñor Romero fue asesinado por odio a la fe, “puede ser la luz que nos guíe a ese país que soñamos, un país más tranquilo, donde reine la vida y no la muerte".

Monseñor Romero Galdámez es, según el obispo auxiliar de San Salvador "una esperanza para el momento crítico que vive la Patria". Asesinado el 24 de marzo de 1980, la investigación sobre el martirio inició en 1990 y culminó el martes 3 de febrero de 2015, en que el Papa Francisco reconoció su martirio y autorizó su beatificación, tras 25 años de espera.

"La Iglesia ha examinado cada palabra de Romero y cada acción de Romero y ha concluido que lo que este hombre hizo fue lo que haría Jesús, el Buen Pastor, que termina dando su vida por su pueblo. Eso una cosa maravillosa, porque fue unánime la opinión que dieron los teólogos y que ahora el Papa firma con mucho gozo este decreto que calla tantas bocas de quienes calumniaron a Romero, que mintieron, que engañaron porque seguramente estuvieron engañados. Lo cierto es que ahora nadie podrá negar de quién es el obispo mártir de El Salvador, Óscar Arnulfo Romero", dijo monseñor Rosa Chávez. 

Habla el postulador de la causa

Uno de los elementos fundamentales para que se produzca un hecho como esta autorización del Papa Francisco es la integración de la causa.  Por ello es importante la opinión sobre el tema del postulador, monseñor Rafael Urrutia, actualmente vicario de Pastoral de la arquidiócesis de San Salvador y quien fuera párroco de la capilla donde fue asesinado monseñor Romero.

El postulador consideró que el reconocimiento del martirio de monseñor Romero y la autorización para su beatificación son "una victoria de la fe, porque monseñor Romero desde la fe del Evangelio, vivió para este pueblo suyo, este Pueblo de Dios que peregrina en El Salvador. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre y la palabra de monseñor Romero es una palabra eterna que tiene actualidad en este tiempo. Con monseñor Romero Dios pasó por El Salvador y hoy nuevamente Dios está pasando por El Salvador".

En esta perspectiva, monseñor Urrutia reconoció ante los medios de comunicación salvadoreños que “Romero de América” es hoy “una palabra de Dios para El Salvador, una palabra que invita a la reconciliación, a la paz; una palabra que nos invita a la fraternidad. Hoy de nuevo podríamos repetir sus palabras: ya basta. Basta ya, se matan entre hermanos, es preciso una reconciliación y la paz entre ustedes", dijo monseñor Urrutia.

El presidente, el secretario general, su pueblo…

Mediante un comunicado de prensa, el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, reconoció que giró instrucciones al secretario de gobierno y de las comunicaciones “para coordinar un equipo que tendrá que trabajar al lado de la Iglesia católica para la organización del acto con el que será beatificado monseñor Romero, que está previsto realizar en El Salvador”.

“El gobierno (…) y el pueblo salvadoreño se alegran por la decisión del Papa Francisco de firmar el decreto de la Congregación de las Causas de los Santos para la beatificación, a través del martirio de Monseñor Romero” continúa la declaración de la Presidencia, que concluye: “Aunque no se conocen todavía ni los detalles ni la fecha, será un evento histórico”.

Por su parte, en Washington, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, celebró con emoción el anuncio  y dijo que "el Papa Francisco ha conmovido una vez más a los latinoamericanos al reconocer el martirio de este hombre bueno y generoso, que dio su vida para defender los derechos humanos cuando la violencia dominaba su país".

"Monseñor Romero se convirtió en un símbolo en El Salvador y en toda América; habló sobre las injusticias sin ambigüedades, fue asesinado para acallar su compromiso; pero su martirio hizo de él una figura universal", agregó el Secretario General Insulza, quien agregó: "El Papa Francisco, nuestro primer Papa latinoamericano, confirma una vez más su compromiso con la justicia, verdad y la vida, en América y en todo el mundo".

Y en Ciudad Barrios, pequeña ciudad de unos 25 mil habitantes a 150 kilómetros de la capital, esta semana se ha vivido una gran alegría.  Monseñor Oscar Romero Galdámez, nació aquí el 15 de agosto de 1917, y por tanto las campanas de la única parroquia de Ciudad Barrios han sonado durante mucho tiempo al mediodía del pasado martes.

Los pocos que todavía no sabían nada del asunto, cuando se han presentado a preguntar la razón del repique prolongado, han podido unirse a la gran alegría de la Iglesia católica salvadoreña en particular, y latinoamericana, en general.  Una anciana de Ciudad Barrios, que regresaba de hacer la compra en el mercado, resumió toda la alegría cristiana en una frase: “ya tenemos los de aquí a alguien a quien rezarle” para que interceda con Dios por las penurias que vive el pueblo de El Salvador.

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