Tal como Benedicto XVI antes de él, el Papa Francisco ve la Iglesia en conflicto con el mundo. Sus referencias regulares a la batalla contra Satanás y su llamado a enfrentar los poderes malignos y corruptos del mundo revelan a un Papa que tiene visión apocalíptica. Francisco menciona la novela de Benson porque quiere que los católicos entiendan que la Iglesia está en conflicto con el espíritu de la época y con el señor de este mundo, que es Satanás, el padre de la mentira, el gran mentiroso, aquel que odia a la humanidad y es el destructor de todas las cosas.
Este conflicto esencial es la piedra fundamental de la visión del mundo de Francisco. Entendiendo eso, entendemos al Papa. El conflicto entre el señor de este mundo y el Cristo Rey da sentido al resto de cosas que hace Francisco. Explica su defensa de los pobres y su ira frente al aborto. Explica su apoyo a la familia y su preocupación pastoral con los que están alienados por el legalismo. Explica su preocupación con el medio ambiente y con los ancianos, con los no nacidos, con los enfermos. Explica su apoyo al frágil don del matrimonio y la familia.
Si logramos ver que el reino secular de Satanás está en conflicto con el reino de la verdad, de la belleza y de la bondad de Cristo, podremos entender a Francisco. Él es un Papa que cree apasionadamente en la importancia y en la urgencia de la batalla espiritual. Esta perspectiva da sentido y credibilidad a todo lo que él hace y dice y, cuando logremos entender esta perspectiva, entenderemos mejor al más enigmático y desconcertante de nuestros Papas.