El informe sobre libertad religiosa de Ayuda a la Iglesia Necesitada, país por país
Nigeria es una república federal basada en el modelo de Estados Unidos. Su lema oficial es “Unidad y Fe, Paz y Progreso”. El jefe del Estado es un presidente igual que en Estados Unidos o Francia.
Desde abril de 2011, el presidente es Goodluck Ebele Jonathan, cristiano; el vicepresidente es Namadi Sambo, musulmán. Los papeles rotan en cada período electoral, lo que significa que en las elecciones de 2015 saldrá un presidente musulmán y un vicepresidente cristiano, pero en esta ocasión preocupa enormemente que esta norma no se vaya a cumplir.
La situación no augura nada bueno para los próximos meses y años
Igual que ocurre en tantos países, en Nigeria hay una gran brecha entre lo que está consagrado en la Constitución y lo que ocurre en la realidad del país.
Los motivos principales de este desajuste son los siguientes: a) el poder real está en manos de pequeños reyes (obas), que son los que tienen la última palabra sobre el terreno; b) los principados tribales, consolidados bajo el gobierno colonial (1860-1960) en realidad rara vez aceptan las leyes impuestas por el Gobierno central; c) las rivalidades religiosas y de partidos políticos, expresadas a través de “viejas cuentas de clan pendientes”, dificultan la aplicación de medidas factibles y d) los altos niveles de corrupción en el seno de las clases políticas (y en algunos casos también de las comunidades religiosas) frustran cualquier esfuerzo dirigido a aplicar normas democráticas.
Actualmente se discute en todo el país si la democracia es la estructura política adecuada para este país, el más poblado de África.
Comunidades religiosas
Cristianos
Entre 1999 y 2012 se produjo un rápido incremento de las actividades de los grupos carismáticos pentecostales, especialmente la Iglesia redimida de Dios, la Capilla de los Ganadores, la Iglesia presbiteriana de Nigeria y la Iglesia evangélica de África Occidental.
Estos grupos han ganado cientos de miles de nuevos miembros, procedentes especialmente de las confesiones cristianas tradicionales (católica y protestante).
Comunidades musulmanas
La inmensa mayoría (90 %) son musulmanes suníes (malikíes, chafiíes, salafíes). No obstante, la doctrina y la práctica del islam también reciben la influencia de minorías como los sufíes y los musulmanes chiíes.
Cada vez tienen mayor influencia grupos escindidos como la hermandad murid, los coranistas y los ahmadíes.
El líder espiritual reconocido por todos los musulmanes es el 20º sultán de Sokoto, Sadu Abu Bakr. Sin embargo, la influencia del sultán está debilitada, porque habita en el extremo noroccidental del país en el que las temperaturas son muy elevadas y las carreteras tienen zonas de difícil tránsito.
Los problemas se agravan con una mala conexión a internet. Intenta trabajar a favor de la paz entre las religiones, pero las declaraciones e instrucciones del sultán, con frecuencia contradictorias, a veces causan más confusión que armonía entre los distintos grupos de creyentes.
Incluso a los iniciados, les es difícil adivinar qué posturas apoya exactamente el sultán actual Abu Bakr, educado en Oxford, entre los distintos frentes políticos y religiosos.
Esto tiene graves consecuencias para la estabilidad del país
A grandes rasgos, los movimientos religiosos de todo tipo y matiz se distribuyen por la geografía del país como sigue:
Norte: 80 % de musulmanes fundamentalmente de corte radical entre los que se cuentan: el grupo terrorista Boko Haram, el grupo Maitatsine (predicador musulmán radical, 1971-1984), Darul Islam (Casa del islam) y desde 2012, Hizbulá, controlado desde Irán y Líbano, así como algunos otros grupos que se basan en determinados aspectos del islam.
El terror y la represión han provocado un gran descenso del número de católicos y protestantes que han huido de la zona. Desde 2012, se ha producido un rápido deterioro de la situación.
Cinturón central de Nigeria: Zona en la que se mezclan católicos, protestantes, musulmanes y grupos minoritarios. Recientemente, grupos pentecostales (redentores y sanadores) han empezado a desarrollar una gran actividad. También en esta zona se ha experimentado una radicalización del islam y se han cometido numerosos atentados terroristas.
Oeste (territorio yoruba): Los 35 millones de los enormemente píos yorubas, además de practicar el cristianismo o el islam, siguen sus propias religiones tradicionales. La más importante de ellas es el culto “orisha” (mezcla de religiones paganas y cielos mitológicos).
De esta zona proceden la mayor parte de los líderes pentecostales. Han contribuido significativamente a difundir este nuevo tipo de religiones de “hipnosis colectiva”.
Sur y sureste: Igbos e ijaws viven en esta fértil región alrededor del delta de Níger y son predominantemente cristianos. El 60 % son católicos y el 30 % anglicanos de la Iglesia de Nigeria.
Esta región cuenta con el número más elevado de judíos (el 1,2 %). Además, sigue presente el antiguo culto igbo, en forma rudimentaria, en iglesias y mezquitas. También aquí se ha producido un rápido incremento de la influencia musulmana radical, como consecuencia de la atracción económica ejercida por los recursos minerales (las reservas de petróleo).
Situación altamente inestable de la seguridad
Nigeria tiene tantos Gobiernos como tribus, dialectos y religiones: 3000 en total. Se hace patente especialmente cuando se intenta combatir la violencia, el crimen organizado y el terrorismo de motivación religiosa.
Como la policía y el ejército están, en muchos casos, corrompidos y llenos de terroristas, hasta ahora ha sido enormemente difícil combatir la violencia. En muchos de los ataques contra comunidades cristianas, había policías y soldados implicados.
Por ejemplo, el presidente del departamento nacional de lucha contra el terrorismo fue arrestado en julio de 2012 en un campo de entrenamiento de Al Qaida de Pakistán.
En consecuencia, los atentados islamistas contra los cristianos (y cada vez más contra los musulmanes liberales) rara vez se persiguen adecuadamente. La evidencia confirma cuántas veces se detiene a los sospechosos para después, en secreto, ponerles en libertad a cambio de un pago.
En otros casos, son encerrados en “pseudoprisiones” de las que sus camaradas los sacan con gran facilidad. Entre julio de 2012 y 2013 se han producido 31 huidas de este tipo.
Práctica religiosa y tolerancia religiosa
Aunque el artículo 38 de la Constitución de Nigeria proclama inequívocamente la libertad de religión y prohíbe el dominio de cualquier religión (artículo 10), casi todas las disposiciones de la ley están trastocadas en la práctica, ya se trate del lugar de residencia, de la asistencia a la escuela, del empleo público o de aspectos de la libertad individual, como la forma de vestir o el consumo de cerveza (o cualquier otra bebida alcohólica), etc.
A lo largo de 2012 y 2013, los terroristas islamistas llevaron a cabo 44 ataques contra restaurantes con jardín, pubs o bares en los que se sirve cerveza. Unas 104 personas fueron asesinadas (el número de heridos rara vez se registra en las estadísticas).
Las investigaciones se suspendieron por “falta de pruebas”.Cuando se trata de ocupar puestos clave que se anuncian públicamente, prácticamente los únicos candidatos que se presentan son musulmanes.
La conversión al cristianismo de un musulmán, hombre o mujer, puede ser mortal. En el mejor de los casos, la persona interesada queda excluida de la comunidad y con frecuencia se ve obligada a abandonar la zona.
Aunque, teóricamente (según la Constitución) la ley de la sharía solo se aplica a los musulmanes, de manera encubierta también se aplica a los no musulmanes.
Las denuncias rara vez tienen éxito, ya que los propios jueces y abogados suelen ser islamistas radicales o funcionarios corruptos, que han sido comprados.
Especialmente peligrosa para los musulmanes moderados y para los cristianos de todas las confesiones es la llamada “ley de blasfemia” que se puede utilizar para atacar a casi cualquier individuo incómodo e ilegalizarle efectivamente.
A lo largo de 2012, en las zonas dominadas por el islam se produjeron unos 200 juicios por acusaciones de blasfemia (según datos de Human Rights Watch), la mayor parte de ellos a nivel local. Los imanes emitieron unas 1400 fatuas (condenando al ostracismo o incluso a pena de muerte a individuos que supuestamente habían mostrado un “comportamiento antimusulmán”).
Es evidente la fuerte represión que sufren los cristianos, sobre todo en las provincias del norte: Bauchi, Kano, Borno, Adamawa, Gombe, Kaduna, Katsina y otras.
En octubre de 2012, un atentado suicida durante una misa de la mañana en la iglesia de Santa Rita, en Kaduna, dejó 4 muertos y 160 heridos. Posteriormente, en junio, 4 iglesias fueron incendiadas en un ataque, cometido, al parecer, por Boko Haram, en el estado de Borno.
Unas seis semanas después, en este mismo estado, acusaron a los islamistas extremistas de haber degollado a 44 habitantes de la localidad de Dumba, la mayor parte de ellos cristianos.
En marzo de 2014, al menos 100 personas fueron asesinadas en ataques contra pueblos cristianos cerca de Kaduna, perpetrados aparentemente por combatientes musulmanes.
Relatos de primera mano de estos y otros actos de violencia y represión contra los cristianos iluminan lo mucho que sufren.
El testimonio de un testigo, un discapacitado del norte de Nigeria, refiere el horror de haber sido obligado a contemplar cómo los extremistas llevaban a cabo una serie de atrocidades.
Esta persona, que se traslada en silla de ruedas, se quedó atrás cuando el personal y los trabajadores del seminario menor de San José, en Shuwa, en el estado de Adamawa, huyeron para salvar la vida al enterarse de que los combatientes de Boko Haram se acercaban.
Descubierto enseguida por los agresores, le colocaron en su silla de ruedas y le fueron llevando para que viera cómo prendían fuego a los edificios. Le preguntaron si quería abandonar su fe cristiana y vio, sin poder hacer nada, cómo tiroteaban a los cuatro guardias de seguridad y los mataban.
Más tarde manifestó a Ayuda a la Iglesia Necesitada: “Boko Haram lo dejó muy claro… luchan contra los cristianos y contra el Gobierno”.
Secuestro de las niñas nigerianas
La noche del 14 al 15 de abril, guerrilleros de Boko Haram atacaron el colegio femenino estatal de Chibok, en el estado de Borno, al noreste de Nigeria, y secuestraron a más de 300 niñas. A lo largo de los días siguientes volvieron unas 50 que pudieron escapar, algunas de ellas saltando de los camiones en los que se las llevaban.
La mayor parte de las niñas son cristianas y en un vídeo difundido por Boko Haram un mes después del secuestro, se las ve recitando las primeras aleyas del Corán; unas cuantas aceptaron convertirse al islam y el líder de Boko Haram Abu Bakr Shekau aparece declarando que las niñas ahora son musulmanas.
Boko Haram anunció estar dispuesto a entregar a las niñas que no se habían convertido al islam a cambio de la liberación de combatientes suyos.
En medio de las críticas por la supuesta respuesta mediocre ante el secuestro del presidente del Gobierno, Goodluck Jonathan, la crisis se consideró como una demostración más de la incapacidad del Gobierno para reprimir la amenaza islamista en Nigeria y del compromiso de Boko Haram con su objetivo de expulsar a todos los cristianos del norte, eliminando la escuelas occidentales y demostrando a lo largo del proceso su supremacía sobre el régimen del presidente Jonathan.
Intento de explicar los conflictos interreligiosos
Por razones de espacio, sólo se ofrecen unos indicadores generales.
El odio sin fundamento a otras religiones es algo inherente a la crisis, un odio que se basa en:
• El desconocimiento del auténtico mensaje del resto de las religiones.
• La difusión deliberada de informaciones falsas por parte de clérigos cristianos y musulmanes.
• La alienación provocada por los misioneros extranjeros, especialmente por los de los movimientos pentecostales, que normalmente ofenden a los musulmanes con sus lemas enormemente provocadores. Irán, Arabia Saudí y Sudán están enviando predicadores para difundir falsedades y odio contra los cristianos (porque supuestamente adoran ídolos y han “tergiversado” el mensaje de la Biblia).
• La vinculación de los intereses religiosos y económicos. China, Estados Unidos, Irán y también Turquía (con un incremento altísimo desde 2005) utilizan la ayuda económica y los programas de ayuda social y benéfica, como medios para “ejercer presión y preparar nuevos mercados”.
• Los problemas no resueltos sobre la propiedad de la tierra, que se arrastran desde la época colonial y que, en realidad, no tienen base religiosa, pero que pueden herir de una u otra forma a los creyentes.
Un problema clave, no sólo de Nigeria, sino de gran parte de la zona circundante, es el plan estratégico ideológico, para imponer un islam riguroso en toda el África subsahariana, dirigido especialmente por el dinero del petróleo saudí y de otros Estados islámicos estrictos.
Evidencias de toda la zona apuntan a una política deliberada de imposición de la sharía (en todos los Estados del norte) y de fomento del odio por motivos religiosos (como medio para obtener un fin) o expulsar a los cristianos y establecer un Estado islámico (el objetivo declarado de Boko Haram y de otros grupos).
Esta es la clave para comprender la crisis de Nigeria. La escalada del armamento utilizado por los grupos islamistas, el enorme incremento del islamismo y la intolerancia en comunidades, que antes eran pacíficas, son algunas de las señales del cambio colectivo, que reflejan tendencias de la zona e incluso del mundo.
Todos estos factores explican por qué un desacuerdo, aparentemente sin importancia, puede provocar una respuesta aparentemente desproporcionada. Esto tiene consecuencias trágicas para los individuos y la sociedad; estas chispas se convertirán en la base que desencadene el ataque de la venganza.
Número creciente de grupos terroristas y de las actividades terroristas
Además de los ya famosos extremistas de Boko Haram (nombre que se podría traducir como “la educación occidental es pecado”), también están activos Darul Islam y Hizbulá. Boko Haram es autor, tal y como él mismo ha reivindicado, de al menos 32.000 asesinatos y agresiones, además de incendios a 120 iglesias de todas las confesiones cristianas.
La inmensa mayoría de las víctimas son cristianos. No obstante, desde hace poco, también se ha producido un incremento de los ataques contra musulmanes o clérigos musulmanes, y la destrucción de mezquitas, que han declarado que son advertencias.
Los grupos terroristas Darul Islam y Hizbulá se han especializado sobre todo en terribles emboscadas y ataques contra bancos e instituciones de seguridad estatales (depósitos de armas, policía y bases del ejército).
Los atentados de este tipo, cometidos entre mediados de julio de 2012 y octubre de 2013, han supuesto el asesinato de unas 400 personas. Respecto al inmenso coste material, sólo hay estimaciones.
Prácticamente todos los días, la policía y otras fuerzas de seguridad hacen declaraciones repitiendo que tienen la amenaza terrorista bajo control, pero una vez tras otra los hechos demuestran que no es así. La población de las zonas críticas manifiesta que su confianza en el aparato de seguridad del país está completamente rota.
La frustración de los cristianos se desborda
A pesar de las muchas invitaciones de los líderes espirituales a no responder mediante la fuerza, la paciencia de muchos cristianos de las zonas afectadas parece haberse agotado.
Muchos, especialmente los jóvenes, consideran que no tienen más opción que tomarse la justicia por su mano.
Hay noticias sobre el nacimiento de un grupo extremista cristiano llamando Akhwat Akwop en el Estado de Plateau, pero no han sido confirmadas. En diciembre de 2013, el Consejo Supremo de la sharía acusó a los cristianos de instigar a hacer la guerra contra la religión islámica.
Alegando que una serie de cristianos habían cometido delitos, incluyendo algunos contra iglesias, el secretario general del consejo, Ibrahim Dati Ahmad, afirmó: “Desde hace cierto tiempo se han producido numerosos casos de cristianos implicados en atentados terroristas, pero la policía no los investiga nunca… ni siquiera cuando los cogen in fraganti”.
Diálogo interreligioso y esfuerzos para promover la paz y la armonía
Junto al incremento de la violencia, también se han realizado numerosos esfuerzos para controlar la violencia por motivos religiosos. Sin embargo, habrían tenido que tener mucho más éxito del que en realidad han logrado, éxito parcial que sólo han conseguido en el nivel local.
“La creación de una paz religiosa duradera en Nigeria requiere muchísimo tiempo para alcanzar la reconciliación”, en palabras del erudito de Oxford, Ahmed Lehmu.
A continuación se presentan unos cuantos ejemplos positivos entre muchos otros:
El Consejo Religioso Nigeriano es una asociación de personalidades cristianas y musulmanas (50 % de cada uno) bajo la presidencia conjunta de la Asociación Cristiana de Nigeria y del sultán de Sokoto.
La Asociación Cristiana de Nigeria está atravesando una crisis de identidad. Los católicos implicados, dirigidos por el presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Ignatius Kaigama, la acusan de ineficacia y de estar debilitada por las sectas, y piden reformas.
La Red Musulmana de Organizaciones Islámicas por la Paz, por el contrario, es eficaz. Sus reuniones regulares, con el objetivo de tender puentes entre cristianos y musulmanes, están empezando a obtener resultados entre las poblaciones rurales.
El 6 de febrero de 2012, en respuesta a una atrocidad especialmente horrorosa de Boko Haram que costó la vida a cientos de personas de ambos lados, cristianos y musulmanes celebraron una serie de vigilias de oración conjuntas en Kano, en el norte.
Para cortar el mal desde la raíz, los servicios de seguridad han empezado a controlar los sermones de las mezquitas y de las iglesias.
Y los propios predicadores tienen que obtener una licencia del Estado. Se espera que estas medidas de control detengan la difusión de los mensajes que, de otra forma, incitarían al conflicto religioso.
La situación de la libertad religiosa ha empeorado manifiestamente durante el período que se estudia en este informe. La persecución a los cristianos varía de unas regiones a otras.
En los Estados del norte (especialmente en Kano, Kaduna, Bauchi, Gombe, Yobe, Katsina) prácticamente la totalidad de los cristianos son víctimas del terror o viven en constante peligro de ser asesinados, expulsados de sus hogares, robados o violados.
La persecución no distingue entre confesiones; para ellos todos son cristianos. Entre 2001 y octubre de 2013, 32.000 cristianos fueron asesinados, de los cuales 12.000 murieron sólo entre 2011 y octubre de 2013.