Mediante un comunicado titulado "Proclamamos la Buena Noticia de la paz", los obispos peruanos han querido poner "el dedo en la llaga" (en palabras de ellos mismos), sobre temas graves de la realidad actual tales como el sicariato, la falta de seguridad y el narcotráfico, que viene campeando en el país.
Durante una conferencia de prensa convocada este viernes 23 al final de la Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal Peruana, durante la cual ratificaron al arzobispo de Ayacucho, Salvador Piñeiro, como presidente para el periodo 2015-2018, se difundió este mensaje que entre otros asuntos denuncia que las medidas nacionales anticorrupción no van bien, sobre todo cuando algunas ex autoridades de gobierno purgan hoy carcelería.
Los pastores han querido levantar así su voz contra aquel "círculo vicioso" que existe entre corrupción, narcotráfico e inseguridad ciudadana "que aniquila personas, violenta los derechos humanos, destruye la naturaleza, debilita nuestras frágiles instituciones sociales y políticas y frena el desarrollo del país", como reza el documento que contiene de tres puntos centrales.
Luces para la paz
“Conmocionados” por la realidad que se vive en el país, el Episcopado en pleno exige a los gobernantes acciones decididas contra los problemas denunciados. A modo de iluminación citan al papa Francisco, quien ha advertido que "la corrupción es un proceso de muerte", que en algunos casos -lo citan de nuevo-, "se ha vuelto natural, al punto de constituirse… (en) una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en las contrataciones públicas y en cada negociación que implica a agentes del Estado”.
A modo de pistas y respuestas a lo descrito, los obispos peruanos invitan a construir la paz desde las familias, centros de estudios e instancias ciudadanas y políticas, invitando a una "Educación para la paz", que no es otra cosa que "asumir principios y valores irrenunciables… (a fin de) convertir este valor en un eje transversal en el próximo quinquenio".
"Hay que rehabilitar la política", es la frase tomada del papa Francisco. Con esta enseñanza quieren convocar a los cristianos auténticos y a todas las personas de buena voluntad, a fin de que se comprometan en una "urgente reforma del Estado", cuyo punto de partida podrían ser las denominadas "Mesas interinstitucionales de diálogo, reflexión y acción por la paz".
Advertencia ante ley laboral juvenil
El comunicado no elude un debate que tiene enardecido al país, como es el caso de la "Ley que promueve el acceso de jóvenes al mercado laboral y a la protección social” que se debatirá la próxima semana en el Congreso de la República.
Este proyecto, que según el gobierno es una “oportunidad dorada” para los jóvenes que acceden a un primer empleo, tiene entre sus críticos a los mismos jóvenes y a diferentes sectores que ven cómo conculcaría los derechos laborales al reducir vacaciones y dejar de pagar algunos beneficios.
El interés del gobierno iría por darle oportunidad a las empresas para que contraten mano de obra fresca y a los jóvenes para que empiecen pronto su carrera laboral y bajar a la vez el desempleo.
Para los obispos sin embargo, los derechos laborales de los jóvenes "deben ser respetados a fin de que se pueda garantizar su adecuada inserción en el desarrollo integral del país".
Consultados por la agencia ALETEIA si esta era una posición crítica ante la también llamada "Ley Pulpín" -en alusión a un refresco juvenil-, los altos prelados aclararon que ni esa ni ninguna otra ley laboral debería vulnerar los derechos de los jóvenes.
Cerraron su alocución informando que han respondido ya al cuestionario enviado por la Santa Sede con miras a la Asamblea del Sínodo de los Obispos que tratará sobre la familia el próximo mes de octubre. Si bien no adelantaron los temas sugeridos al papa Francisco, anunciaron que ampliarán aún más las consultas mediante una amplia participación y reflexión en los centros universitarios del país.
El Comunicado completo puede leerse aquí
Hoy celebramos a...