Miles de jóvenes venidos de todas partes de la Unión Americana, mostraron el nuevo “músculo” que existe en ese país a favor de la vida
Las propuestas a favor de la vida, desde el momento de la concepción hasta su término natural, están tomando otro rostro: el rostro juvenil, hasta el momento aparejado a la protesta de los mayores contra el aborto y, colateralmente, contra la eutanasia.
El día de ayer, en Washington, se llevó a cabo la Marcha por la Vida 2015, en su versión número 42, quizá la más concurrida de todas las ediciones. En esta ocasión, la Marcha unió las voces de los jóvenes estadounidenses para exigir al Congreso “trabajar en más leyes que protejan el derecho a la vida y reducir el gasto público orientado a instituciones que promueven el aborto”.
El nuevo “músculo”
Miles de jóvenes venidos de todas partes de la Unión Americana, mostraron el nuevo “músculo” que existe en ese país a favor de la vida y demostraron, de paso, que la conciencia pro-vida no es más una conciencia propia de los adultos.
En efecto, ayer adolescentes de entre 12 y 18 años, fueron la población mayoritaria que se pronunció de distintas formas, principalmente con música, cantos, pancartas, consignas y gritos a favor de la protección del derecho a la vida en todas sus etapas y de la mujer embarazada en situación vulnerable. Se escucharon testimonios de personas que habían querido abortar –especialmente migrantes pobres—y que fueron acogidas por organismos pro-vida, siendo ahora madres felices; así como madres con hijos discapacitados que señalaron que 1 de cada 9 menores que presentan discapacidad en EE UU, son abortados.
Cathy McMorris, presidenta de la Conferencia Republicana en la Cámara de Representantes en Estados Unidos, es decir, la mujer con mayor nivel en el Congreso, exaltó la participación “de una generación que está lista para defender la vida”.
Evidencia de la cultura de la vida
En ello coincidió el líder republicano Cris Smith quien se dijo sorprendido de cuánta gente joven está dispuesta a proteger y defender la vida: “su presencia hoy aquí es una gran evidencia de esta mega tendencia (de protección a la vida). Ustedes son la más grande y más joven generación que con determinación transformará Estados Unidos a una cultura de vida”, dijo Smith en su participación en la Marcha.
Tim Scott, senador republicano, llamó a caminar “hombro con hombro para proteger la vida”. Y advirtió que no sólo es responsabilidad de los políticos sino de los ciudadanos que votan por ellos, por los programas y las ideas que aquéllos impulsan.
La presidenta de la Marcha por la Vida, Jeanne Monahan-Mancini arengó a los presentes: “todos tenemos una misión que cumplir, debemos crear una cultura de vida” y llamó a “concientizar al mundo de que el aborto es un acto de violencia, para el niño por nacer, pero también para la madre que se somete a esa práctica”.
Importa mucho el aspecto cultural
Por su parte, Daniel Lipinski, representante demócrata por Chicago, quien se definió como “un demócrata 100 por ciento a favor de la vida”, planteó que una mujer merece algo mejor que el aborto, por ello, convocó a los jóvenes, “ustedes que son la generación pro vida”, les dijo, “deben mostrar cuánto importa una cultura favorable a la defensa de la vida humana en todas sus etapas”.
Los manifestantes detuvieron –como cada año– su paso frente a la Suprema Corte para recordar lo que consideran la peor resolución del máximo órgano de justicia: la llamada Rode vs Wade que en 1974 determinó que el aborto “es una decisión que cae en el ámbito privado” por lo que las leyes locales o nacionales no deben regular esta acción.
Poco antes del inicio de la movilización, los participantes recibieron la noticia de que la Cámara de Representantes había rechazado discutir la Ley HR36 (Pain Capable Unborn Child Protection Act) que anularía la práctica del aborto después de las 20 semanas de gestación. El martes pasado, el presidente Barack Obama anunció –en su Informe sobre el Estado de la Nación– que vetaría la Ley si era aprobada.