Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia se pronuncia frente al cese del fuego bilateral y definitivo
Hace unos días el presidente Juan Manuel Santos daba indicaciones para que los negociadores de paz que se reúnen en La Habana empiecen con la discusión sobre el cese del fuego bilateral y definitivo, pronunciamiento que ha generado entre los colombianos cierto desconcierto e incertidumbre.
Asimismo, monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, ha declarado que es importante que en la mesa de diálogo se hablen con claridad y fondo todos los temas, “porque el pueblo colombiano teme que de la mesa de La Habana haya impunidad”.
El cese del fuego bilateral y definitivo sería el fin de la guerra en Colombia. Es la última fase de las negociaciones y el inicio del posconflicto.
Es importante entender que este cese implica concentración de tropas, de lo contrario sería difícil verificar y manejar el posconflicto. Esta noticia, que ha sido esperada por todo el pueblo colombiano desde hace 50 años, no ha generado alegría sino más bien escepticismo.
¿Estamos llegando al final?
Durante los diálogos para acordar la paz, se concertó con la guerrilla un cese del fuego unilateral y en el transcurso no necesariamente han cumplido a cabalidad con este trato, han estallado torres, han matado pobladores, han secuestrado, etcétera.
Sin embargo, hace unos días miembros de las FARC dieron a conocer que vienen cumpliendo con su nuevo cese al fuego unilateral e indefinido entrado en vigor el 20 de diciembre de 2014:
“Hoy podemos manifestar ante Colombia y el mundo, que a pesar del asedio militar; a pesar de las órdenes de incrementar la ofensiva contra nuestra fuerza rebelde, de nuestra parte estamos cumpliendo”, han declarado.
Y han pedido en un comunicado que el presidente, Juan Manuel Santos, acelere el proceso para declarar un cese bilateral.
Este grupo guerrillero ha expresado también su deseo de acallar las armas para lograr la reconciliación y al mismo tiempo ha denunciado el actuar hostil del gobierno.
“Si la insensatez y la intransigencia contra este gesto innegable de reconciliación persiste, no será posible sostenerlo… No se puede abusar de la buena fe con que hemos emprendido el gesto de acallar las armas”, han dicho.
Con este panorama, Fabrizio Hochschild, Coordinador Residente y Humanitario de las Naciones Unidas en Colombia, ha manifestado su opinión al respecto. Ha dicho a El Universal: “El anuncio hecho por el presidente Juan Manuel Santos de comenzar a negociar un cese bilateral al fuego es una muy buena noticia para las Naciones Unidas”.
Y ha aclarado que ambas partes deben considerar que la apertura al diálogo implica ciertas renuncias: “Lo que deben tener en cuenta las dos partes es que no va a haber ningún acuerdo si cada una de las partes no sacrifican algo”.
Monseñor Luis Augusto Castro se refiere al anuncio del presidente como esperanzador pero precisa que es necesario firmar la paz y no adelantarse a situaciones que podrían desilusionar al pueblo de Colombia.
"Creo que eso es posterior, pero considero que un cese al fuego de verdad tiene que estar basado en unas firmas de paz muy concretas, muy claras y unos propósitos muy definidos, una seriedad plena –dice-. Porque hacer ceses bilaterales por 15 días, por un mes, eso es una tomadura de pelo".
Creer en nosotros mismos
Se avecina uno de los más grandes desafíos. Pasado el referendo en que el pueblo vote sobre los puntos negociados en La Habana y se firme la paz y como consecuencia se haga efectivo el cese del fuego bilateral y definitivo, empezará la etapa de construir juntos y apostar por cada colombiano.
Se iniciará el posconflicto que reclamará naturalmente una actitud confiada frente a los errores y diferencias que nos permita vivir con esperanza y trabajar en la fraternidad cimentada en la verdad y en una justicia fundada en el perdón.