Carta pastoral del obispo de Matagalpa (Nicaragua): Obispo critica el ejercicio del poder y la ambición humana ante el dinero
Coincidiendo con la fiesta del patrón de la diócesis, Nuestro Señor de Esquipulas, y el noventa aniversario de la fundación de la diócesis, el obispo de Matagalpa (Nicaragua), monseñor Rolando José Álvarez Lagos, emitió una carta pastoral el obispo presenta también una serie de críticas sobre el ejercicio del poder y la ambición humana ante el dinero.
Con el nombre de “La Iglesia que queremos ser”, monseñor Álvarez Lagos ha abogado por “una Iglesia que abrace a todos y que abra de par en par sus puertas a sus hijos, para que nos tratemos como hermanos”.
Tras hacer un recuento de los males endémicos de la sociedad nicaragüense, sobre todo “el mal del poder y del tener, sobre el ser”, el obispo de Matagalpa reconoció que en su país “hay quienes les interesa más el circulante que la justicia; les interesa más la economía que el medio ambiente, sin mediar razones que lo protejan; les interesa más la ganancia que el hombre en sí mismo; les interesan más los mega proyectos que el respeto a la historia, a la identidad, a la cultura y a la fe. No les interesa si el pan es con justicia o si el pan tiene el precio de la corrupción”.
Monseñor Álvarez Lagos recordó que para hacer frente a este deterioro de los valores, la familia “primera y principal transmisora de la fe” es la que puede cambiar el desequilibrio social que padece Matagalpa en particular y Nicaragua en lo general, pues en la familia se forman, privilegiadamente, los valores cívicos, morales y cristianos.
Fidelidad a la palabra y diálogo como principios de civilización
“Con los valores cívicos, aprendemos a respetar nuestra tierra, nuestra Patria, las leyes y la Constitución. Con ellos podemos volver a nuestros orígenes, a nuestras raíces, porque un pueblo que no vuelve a sus orígenes tiende a la desaparición”, subrayó el obispo de Matagalpa en su carta pastoral.
Más adelante recordó que con los valores morales, “aprendemos la fidelidad y la lealtad a la persona, a la palabra dada, al compromiso asumido. Para los cristianos, la palabra tiene origen divino”.
“Con los valores morales, aprendemos a amar, incluso al que nos mira como enemigo. El amor al próximo, siempre será un camino de humanización en nuestras relaciones humanas. El amor comienza con el respeto a los demás, aunque no piensen como nosotros”, escribió monseñor Álvarez Lagos.
En la parte final de su carta, el obispo de Matagalpa, desde luego viendo el tema controversial que se ha desatado en Nicaragua por la construcción de un canal interoceánico, dijo que sus coterráneos tienen que “aprender a dialogar civilizadamente, con altura, con razón y con razones. Dando razones de aquello en lo que creemos y donde a partir de nuestras diferencias, seamos capaces de construir una sociedad más humana, más justa, más fraterna”.