Obispos de diversos países piden oraciones por los judíos, cristianos y musulmanes que sufren en “esta tierra que llamamos Santa"
Bebés muertos de frío faltos de una vivienda adecuada, temores de otra guerra, clamor por la dignidad, … así sufren judíos, cristianos y musulmanes en la franja de Gaza, en “esta tierra que llamamos Santa”. La Coordinadora de las Conferencias Episcopales en apoyo de la Iglesia en Tierra Santa ha pedido oraciones por ellos en su declaración del 15 de enero, tras su visita anual a la zona.
Los obispos han visto de cerca “las trágicas consecuencias del fracaso de la política nacional e internacional para lograr la paz”.
“El bloqueo continuo impide la reconstrucción y contribuye dramáticamente a la desesperación que mina la legítima esperanza de los Israelíes por su seguridad –denuncian-. Pero también crea niveles intolerables de desempleo y empuja a las personas sencillas hacia la pobreza más extrema”.
Además, “el temporal de vientos huracanados y lluvias torrenciales que sacude Oriente Medio ha agravado la situación de miles de gazatíes que siguen sin vivienda desde la guerra del pasado verano con Israel, que dejó destruidas o con serios daños más de 50.000 casas”.
De hecho, ante las bajas temperaturas y el temporal y debido a la precariedad de la vivienda y la inundación de barrios enteros, los equipos de defensa civil en la franja han tenido también que evacuar a cientos de habitantes del barrio de Shayaíe y de la ciudad de Rafah y trasladarlos a escuelas de la ONU.
A pesar de todo, los obispos han constatado también que “la esperanza está viva en Gaza”. “Hemos visto familias que reconstruyen sus vidas con determinación. Hemos visto una pequeña comunidad cristiana con una fe enorme. Hemos admirado la tenacidad de muchos voluntarios. Hemos visitado la escuela “Sagrada Familia”, donde musulmanes y cristianos estudian y juegan juntos en armonía”, explican.
Los obispos aseguran que van a seguir oponiéndose al proyecto de la construcción del muro en el valle de Cremisán, “ya que esto significaría la pérdida de las tierras y del sustento de muchas familias cristianas”, también “a la expansión del programa de los asentamientos, ilegales según el derecho internacional, de la que hemos sido testigos directos en Hebrón”.
Afirman que “las personas de buena voluntad de ambas partes del conflicto quieren lo mismo, una vida digna de la persona humana” e invitan a “humanizar el conflicto favoreciendo una mayor interacción entre israelíes y palestinos”.
Desde 1998, la Coordinadora de las Conferencias Episcopales en apoyo de la Iglesia en Tierra Santa se viene reuniendo por invitación de la Asamblea de Ordinarios Católicos en Tierra Santa y por un mandato expreso de la Santa Sede, cada mes de enero en Tierra Santa, concentrándose en la oración, la peregrinación y la persuasión, con el objetivo de actuar en solidaridad con la comunidad cristiana, ya que ésta experimenta fuertes presiones políticas y socioeconómicas.