En la canonización de san José Vaz, el Pontífice invitó a los cristianos a ser misioneros ejemplares e ir más allá de las divisiones para buscar la paz
En el segundo día del viaje apostólico a Sri Lanka, el Papa Francisco, durante una celebración eucarística en el Galle Face Green ha canonizado al beato José Vaz, primer Santo venerado en el país y que fuera proclamado beato el 21 de enero de 1995 por Papa Juan Pablo II.
En la celebración y tras el rito de Canonización, el Papa pronunció una homilía que resaltó tres motivos por los que se ha reconocido la santidad de José Vaz, misionero indio obligado a la clandestinidad para llevar el Evangelio (1651-1711).
Sacerdote ejemplar en las periferias
En primer lugar, el Pontífice subrayó que San Vaz fue un sacerdote ejemplar y de inspiración para los “hombres y mujeres consagrados al servicio de Dios y del prójimo”.
El Pontífice animó a ver en san José Vaz una guía segura que “enseña a salir a las periferias, para que Jesucristo sea conocido y amado en todas partes”. Además de ejemplo “de sufrimiento paciente a causa del Evangelio, de obediencia a los superiores, de solicitud amorosa para la Iglesia de Dios”.
Asimismo, afirmó que el santo vivió en “un período de transformación rápida y profunda” como la actual, donde “los católicos eran una minoría, y a menudo divididos entre sí; externamente sufrían hostilidad ocasional, incluso persecución”.
Santidad es ir más allá de las divisiones para buscar la paz
En segundo lugar, el Pontífice dijo que san José Vaz “nos muestra la importancia de ir más allá de las divisiones religiosas en el servicio de la paz”.
El Santo en su vida no “hace distinción de raza, credo, tribu, condición social o religión, en el servicio que ofrece a través de sus escuelas, hospitales, clínicas, y muchas otras obras de caridad”. En este sentido, el Papa aseguró que un santo necesita libertad para llevar a cabo su misión. “La libertad religiosa es un derecho humano fundamental” añadió.
“Como la vida de san José Vaz nos enseña, el verdadero culto a Dios no lleva a la discriminación, al odio y la violencia, sino al respeto de la sacralidad de la vida, al respeto de la dignidad y la libertad de los demás, y al compromiso amoroso por todos” añadió.
Celo misionero para presentar la verdad y la belleza del Evangelio
Por último, el Papa presentó a san José Vaz como un ejemplo de celo misionero. El Santo abrazó personas de varias religiones y condiciones sociales, “en su caridad evangélica llegó a todos” remarcó Francisco.
“San José Vaz sabía cómo presentar la verdad y la belleza del Evangelio en un contexto multireligioso, con respeto, dedicación, perseverancia y humildad”. Al respecto, el Obispo de Roma afirmó que “éste es también hoy el camino para los que siguen a Jesús”.
En sus palabras dirigidas también a los 500 mil fieles que participaron esta mañana en la Misa, el Papa pidió al Señor que los cristianos de este país sigan el ejemplo de san José Vaz y se mantengan firmes en la fe para contribuir cada vez más a la paz, la justicia y la reconciliación en la sociedad de Sri Lanka.
Antes de la ceremonia, llegando al lugar de la celebración, el Papa dio una vuelta en un jeep sin techo saludando a la multitud de fieles de diferentes confesiones presentes para recibir al Obispo de Roma y quien, a su vez, recibió el saludo del alcalde de Colombo que le ofreció las llaves de la Ciudad.