“Nuestra Iglesia y nuestro pueblo están plenamente identificados con el Papa Francisco”, dice el “ratificado” presidente de los obispos
La reelección por segunda vez consecutiva de Monseñor Diego Padrón Sánchez, junto al equipo que le acompaña desde el trienio pasado al frente de la Conferencia Episcopal Venezolana, es considerada en predios católicos y de otros sectores del país, como una “comunión” plena entre el Papa Francisco y la Iglesia en Venezuela.
Una escogencia que estuvo sustentada en el buen trabajo; pero también en el apoyo recibido de parte de los sacerdotes, obispos y movimientos laicales de las distintas provincias eclesiásticas del país; y por supuesto, en la buena relación y adherencia con El Vaticano, y de manera especial a las líneas de trabajo del Papa Francisco.
En consecuencia, durante el período que cubrirá desde esta fecha, hasta enero de 2018, Monseñor Padrón Sánchez, continuará acompañado por Monseñor José Luis Azuaje en la primera vice presidencia, y en la segunda por Monseñor Mario Moronta.
Entretanto, el cargo de secretario general, estará en manos del padre Víctor Hugo Basabe, quien se desempeñaba con sub secretario, y sustituye de esta manera al obispo auxiliar de Caracas, Monseñor Jesús González de Zárate, que asume como presidente de la comisión episcopal de pastoral de adolescencia y juventud.
Identificados con el Papa Francisco
En sus cortas palabras, luego de la reelección, el arzobispo de Cumaná dejó entrever la estrecha relación que mantiene la Iglesia del país suramericano con el Papa Francisco. Indicó que si bien habrá continuidad en la forma de trabajar de la directiva de la CEV, “también habrá novedades porque nosotros respondemos a los retos de la iglesia y del pueblo venezolano”. También ofreció a la CEV como la casa de todos: “de unos y de otros, de diversos colores; la casa de la Iglesia al servicio de nuestro pueblo”.
Es decir, una Iglesia de “puertas abiertas”, “de acogida”, según las líneas de Francisco.
En ese sentido, la relación de la Iglesia venezolana con el Santo Padre, ya la había esbozada de manera más amplia Monseñor Padrón durante la instalación de la CIII asamblea plenaria. “A nivel de Iglesia universal, el año que acaba de terminar fue un tiempo privilegiado (…) en el que la personalidad, el estilo pastoral y las extraordinarias como oportunas intervenciones del Papa Francisco han hecho patente que el Espíritu de Dios no se agota y suscita en cada época los hombres y mujeres capaces de dar un giro a la historia”.
Y agregaba de manera muy particular: “Hoy, en la Iglesia, ese hombre se llama Francisco. Nuestra Iglesia y nuestro pueblo están plenamente identificados con él”.
Destacó el Prelado venezolano que en el programa del Papa Francisco, “la actividad más significativa en el 2014 ha sido sin duda la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos con un tema de primera importancia para la Iglesia y la sociedad, para los gobiernos y para el común de la gente”.
En efecto, durante el Sínodo la Iglesia ha proclamado el “Evangelio de la Familia” o el designio que a la luz de la Revelación cristiana tiene establecido Dios para la familia, el matrimonio y los hijos, dijo el Arzobispo de Cumaná.
“Esta etapa del Sínodo fue sólo la primera –equivalente a las etapas del Ver y el Juzgar de nuestra metodología, para contemplar la realidad de la familia hoy, en la complejidad de sus luces y sus sombras; para reconsiderar con frescura y entusiasmo renovados…”, expresó.
Expuso que otro “Jalón importante en la orientación que el Papa Francisco ha imprimido a la Iglesia” fue la canonización, el pasado 1 de mayo, de los dos más grandes Papas del siglo XX: Juan XXIII y Juan Pablo II, así como la beatificación de un extraordinario pastor y evangelizador, el Papa Pablo VI.
Para Monseñor Padrón, cada Papa es un hombre a quien Dios llama y pone al frente de su casa como Moisés, para que conduzca al pueblo por el camino de la alianza y sus mandamientos: no matarás, no robarás, no calumniarás.
De allí su consideración de que ésta es también la línea central del mensaje del Papa Francisco con el cual se identifica la Iglesia en Venezuela. “Con gran sencillez en sus palabras, gestos y actuaciones procura poner al nivel más común las verdades, los ejemplos y el sentido lleno de alegría del Evangelio”.
Finalmente expuso que el Santo Padre cree profundamente en el valor del testimonio evangelizador de los hombres y mujeres que consagran enteramente su vida a Dios.