Monseñor Alberto Suárez Inda, un arzobispo luchador contra la violencia en México
El nombramiento como cardenal del actual arzobispo de Morelia, monseñor Alberto Suárez Inda por el Papa Francisco, hecho público el día de ayer, domingo, tomó por sorpresa a todos en México, especialmente al propio Suárez Inda.
Entrevistado brevemente por Aleteia mientras viajaba por la montaña, en su período de vacaciones, monseñor Suárez Inda se dijo haber sido “sorprendido” cuando por la madrugada de México le llamaron para comunicarle el nombramiento papal.
“Evidentemente, dijo, es una gran responsabilidad y una tarea que habrá que cumplir con alegría; aunque no me lo esperaba”. Monseñor Suárez Inda ya había presentado su renuncia al Papa como arzobispo metropolitano de Morelia, pero, según fuentes de la propia arquidiócesis, el Santo Padre le respondió “que no llevara tanta prisa”, en el estilo propio de Francisco.
Dos son los motivos por los cuales monseñor Suárez Inda –en esta nueva conformación de cardenales impulsada por el Papa—podría haber sido considerado en la lista de los 15 electores menores de 80 años (nació en Celaya, el 30 de enero de 1939): su enorme papel en la contención de la violencia que asola el Estado de Michoacán, donde se encuentra la capital civil que es Morelia (antigua Valladolid) y su acción decisiva para denunciar la emergencia educativa por la que atraviesa México, así como la generación de una propuesta desde la Iglesia para enfrentarla.
En cuanto al primer tema, todavía el pasado mes de diciembre, monseñor Suárez Inda, como metropolitano de la Provincia Eclesiástica de Morelia, lanzaba el siguiente mensaje de urgencia a los violentos en su circunscripción:
“Rogamos insistentemente al Señor por la conversión de los que se han olvidado que somos hermanos y siguen el camino de la violencia. Que no haya más un Caín que asesina a su hermano Abel. Invitamos a todos a la reconciliación. Que la pregunta implacable de Dios resuene en nuestros oídos: ‘¿Caín, dónde está Abel tu hermano?’”.
También ha sido decisiva su presencia en la animación y documentación del proceso de canonización del primer obispo de Michoacán, don Vasco de Quiroga, llamado por los indígenas tarascos y purépechas “Tata Vasco”, uno de los grandes misioneros de la llamada “conquista espiritual” española del siglo XVI en el territorio de América.
En la “lógica” de las “sedes cardenalicias” mexicanas, se encontraba en la lista el arzobispado de Monterrey, sin embargo, la nueva intención del Papa Francisco es movilizar la promoción cardenalicia hacia la acción pastoral y no tanto hacia la tradición o el criterio numérico.
Con ser una de las arquidiócesis más influyentes en la historia de México, tanto por su seminario como por la promoción cultural que desde éste se ha hecho, Morelia no había tenido jamás un cardenal.
Mediante un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), dijo que los obispos mexicanos se encontraban “agradecidos con Dios Nuestro Señor por este don” y le expresaron su gratitud al Papa Francisco por este gesto de amor y cercanía a nuestra patria”.
Finalmente, felicitaron a la arquidiócesis de Morelia “por esta distinción” y pidieron a Santa María de Guadalupe “que interceda por nuestro nuevo cardenal, cuya generosa labor pastoral reconocemos con gratitud”.