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Lectio Divina de Navidad

Biblia Antigua en un ambón

© alex.ch

Fundación Ramón Pané - publicado el 25/12/14

Una guía práctica cada día para orar con la Escritura hasta Navidad

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LECTIO DIVINA 
Navidad Ciclo B


Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven pues queremos que nos instruyas,
Vamos a leer la Sagrada Escritura que tú inspiraste.
Queremos que llegues a nuestra vida y nuestro corazón,
que la Palabra que se Encarnó en María por tu obra y gracia
también podamos vivirla nosotros.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo, a quien estamos en espera vigilante
que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén

TEXTO BIBLICO: TEXTO BIBLICO: Juan 1, 1-18
« Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron »


1,1: Al principio existía la Palabra
   y la Palabra estaba junto a Dios,
   y la Palabra era Dios.
  1,2: Ella existía al principio junto a Dios.
  1,3: Todo existió por medio de ella,
   y sin ella nada existió de cuanto existe.

  1,4: En ella estaba la vida,
   y la vida era la luz de los hombres;
  1,5: la luz brilló en las tinieblas,
   y las tinieblas no la comprendieron.

  1,6: —Apareció un hombre enviado por Dios, llamado Juan, 1,7: que vino como testigo, para dar testimonio de la luz, de modo que todos creyeran por medio de él.

  1,8: Él no era la luz, sino un testigo de la luz.
  1,9: La luz verdadera que ilumina a todo hombre
   estaba viniendo al mundo.
  1,10: En el mundo estaba, el mundo existió por ella,
   y el mundo no la reconoció.
  1,11: Vino a los suyos,
   y los suyos no la recibieron.

  1,12: Pero a los que la recibieron,
   a los que creen en ella,
   los hizo capaces de ser hijos de Dios:
  1,13: ellos no han nacido de la sangre
   ni del deseo de la carne,
   ni del deseo del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
  1,14: La Palabra se hizo carne
   y habitó entre nosotros.
   Y nosotros hemos contemplado su gloria,
   gloria que recibe del Padre como Hijo único,
   lleno de gracia y verdad.
  1,15: Juan grita dando testimonio de él: Éste es aquél del que yo decía: El que viene detrás de mí, es más importante que yo, porque existía antes que yo.

  1,16: De su plenitud hemos recibido todos:
   gracia tras gracia.
  1,17: Porque la ley se promulgó por medio de Moisés,
   pero la gracia y la verdad se realizaron por Jesús el Mesías.
  1,18: Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, Dios,
   que estaba al lado del Padre. Él nos lo dio a conocer.

BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO

LECTURA: ¿Qué dice el texto?


San Juan, el evangelista, escribe su Evangelio después de todos los demás. Pasados los años noventa de nuestra era. Y esto implica que todo lo escrito es producto de una reflexión con su comunidad de todo lo acontecido en su vida con el Señor. Una vez que se termina de escribir, se culmina con este texto que coloca adelante, como una síntesis de lo que viene después. Es como un himno de reconocimiento a Jesús, el Hijo de Dios. Tomaremos sólo el primer versículo.

1,1: Al principio existía la Palabra
   y la Palabra estaba junto a Dios,
   y la Palabra era Dios.


En un solo versículo, aparece tres veces “Palabra” y es con mayúscula. En griego, “logos” significa, verbo, acción, palabra pronunciada. Y debemos entender que para los Judíos la “palabra” implicaba a la persona. Por esta razón es tan importante. Lo que se dice es también el interior. O sea “quien lo dice”

Primero: nos recuerda que existía desde el principio. O sea, desde el origen de todo. Podemos afirmar, antes de la creación, cuando el principio de los tiempos, “existía”
Segundo: dice que esta “Palabra estaba junto a Dios” Existir al principio y estar desde el principio. Es decir, nos habla de la Eternidad. En este “Estaba” con Dios, nos abre un poco más pero no culmina.

Tercero: queda aclarado entonces que “la Palabra era Dios”. Es decir, usando una fórmula pedagógica, Juan nos dice que la Palabra: Existía, estaba y era Dios. Si nos damos cuenta literalmente, de sustantivo, pasa a sujeto.

A Juan le interesa dejar aclarado que cuando Dios habla, su Palabra es tan perfecta, que ya forma una nueva persona. Esto nos ayuda a ir entendiendo la Trinidad. El Padre y el Hijo, siendo un único Dios verdadero, son personas diferentes.

En los versículos que siguen, Juan insiste en la idea central que quiere transmitirnos de todo su Evangelio: La Palabra existía junto a Dios y por medio de la Palabra se hizo todo cuanto existe. Es decir, que la creación, desde el inicio del Génesis, cuando Dios pronuncia: “hágase” esa es la Palabra perfecta, por la cual se hicieron todas las cosas.

MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?


Nos preguntamos para profundizar en nuestra vida estas palabras de Salvación:

  1. ¿Me dirijo con reverencia a la Palabra encarnada, es decir a Jesucristo, nuestro Señor?
  2. Releyendo el texto puedo reconocer que el versículo 14 es la centralidad de toda la Biblia. ¿Cuál es mi relación personal con Jesús el eterno Hijo de Dios, que se encarna en María y viene a salvarnos? ¿Soy consciente de esto?

ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?


Orar, es responderle al Señor que nos habla primero.

  • Gracias Señor por que tu Palabra se encarnó y nos habla desde Jesús.
  • Gracias por venir a quedarte con nosotros, por ser el Dios cercano. El Emmanuel.
  • Que en esta fiesta de Navidad, te reconozcamos a Ti en los procesos de la vida.


CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?


Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del texto para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:

« Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron » (Versículo 1)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación.


ACCION: ¿A qué me comprometo?


Debe haber un cambio notable en mi vida. Estoy orando con el Evangelio para cambiar mi vida, no para cambiar a Dios.
Voy a realizar una acción concreta digna de la Navidad y que soy cristiano. No dejes pasar más tiempo. El tiempo es hoy. ¡Feliz Navidad!

Por el Hno. Ricardo Grzona, frp

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biblia
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