Monseñor Christopher Pierre quiso llevar el consuelo del Papa Francisco a los familiares de los normalistas de Ayotzinapa
“El Papa está con ustedes”, fue el centro del mensaje que el nuncio apostólico en México, monseñor Christophe Pierre, hizo llegar ayer lunes 22 de diciembre a los familiares de los 43 estudiantes de la escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, en Ayotzinapa, Guerrero.
Desaparecidos desde la noche del 26 de septiembre pasado, los jóvenes normalistas continúan en paradero desconocido, aunque ya se ha dado a conocer que uno de ellos sí corresponde a los huesos calcinados, encontrados por los forenses argentinos que trabajan en la zona de Iguala (donde fueron “levantados” presuntamente por policías de la localidad).
La Misa se celebró en el poblado de Tixtla y el nuncio Pierre estuvo acompañado en ella por el arzobispos metropolitano de Acapulco, monseñor Carlos Garfias Merlos, y por el obispo de Chilpancingo, monseñor Alejo Zavala. El objetivo de la misma fue mostrar la cercanía de la Iglesia católica con las familias de los jóvenes desaparecidos y muy probablemente asesinados por un grupo de narcotraficantes “los “Guerreros Unidos”) a quienes se los habrían entregado los policías de Iguala para su ejecución.
También se trató de una celebración eucarística por la paz y la justicia en México, en donde aún persisten cerca de 30 mil personas en calidad de desaparecidas. Sin embargo, el lugar es emblemático, pues ha puesto a México en la mira de los gobiernos y los organismos internacionales, que están viendo cómo la violencia y el narcotráfico se han apoderado de zonas importantes del país.
No perder ni la fe ni la esperanza
La Misa se celebró en el campo de futbol de la Normal de Ayotzinapa y como escenografía del dolor se pusieron 43 pupitres desocupados, cada uno con un globo de color blanco y la fotografía de cada uno de los desaparecidos. El nuncio de Su Santidad fue enfático en comunicar a los padres de los estudiantes desaparecidos y a sus familiares que el Papa Francisco está perfectamente al tanto de la situación y que ora por ellos.
De hecho, ya en dos ocasiones, durante los saludos en las audiencias generales recientes, el Papa se ha referido a este trance por el que están pasando, como una muestra de dolor y de tragedia, y ha asegurado sus oraciones por el pueblo mexicano. De ahí que el nuncio Pierre se haya referido a esa cercanía del Pontífice. También, en la homilía de la celebración eucarística, el Nuncio reconoció que es “difícil perdonar”, pero no se puede vivir así, y les exhortó a “no perder la esperanza ni la fe”.
El representante del Vaticano en México dijo que se trataba, también, de una celebración de Navidad, “de estar para compartir su dolor, pero también para alentar en nuestros corazones una esperanza". Y más adelante, señaló: "En este momento hay que pedir a Dios estar con nosotros y que nos entregue la luz y la esperanza que hemos perdido (…) Es por eso que esta oración es juntos para Cristo, el hijo de Dios; esta oración con la santa misa, que es la presencia de Dios en nuestras familias y hasta en nuestra escuela, qué bueno que podemos hacer esta misa en este lugar en donde sus hijos han estudiado, han trabajado”.
Al final de la liturgia, en privado, una representación de los padres de los normalistas desaparecidos se reunieron con monseñor Pierre para solicitarle una audiencia con el Papa Francisco y hacerle llegar, a través de la nunciatura, una serie de cartas en las que pide el Papa que se presiones al gobierno de México para que no cese en la búsqueda de sus hijos desaparecidos.
En la Misa, los padres de los normalistas desaparecidos portaban pancartas con mensajes como: “Que esta Navidad, Dios les dé paz a todos aquellos que nos han hecho tanto daño”; o “Nuestra fe y esperanza en Dios y el Vaticano, le pedimos llevar la paz”.