Una alta función administrativa, especialmente importante con la muerte o la renuncia del Papa
El Papa Francisco nombró este sábado Camarlengo de la Santa Romana Iglesia al cardenal francés Jean Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Sustituye en el cargo al cardenal Tarcisio Bertone, que acaba de cumplir 80 años.
El cardenal camarlengo ejerce la función de salvaguardar y administrar los bienes y derechos temporales de la Santa Sede. En el período de Sede Vacante es uno de los que no caducan en su cargo y continúan ejerciendo sus funciones ordinarias, sometiendo al colegio de cardenales cuestiones que tendrían que ser referidas al Sumo Pontífice.
Cuando el Papa fallece, el camarlengo tiene el deber de sellar el apartamento pontificio, tomar posesión del Palacio Apostólico, y atender y administrar, con el consenso de los cardenales en los casos más graves, los bienes y los derechos temporales de la Santa Sede.
También este sábado, el Papa nombró al mismo tiempo Vice Camarlengo a monseñor Giampiero Gloder, presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica.
El Vice Camarlengo forma junto con el Camarlengo y otros prelados la Cámara Apostólica, cuyo origen se remonta al siglo XI cuando en los documentos figuraba como cámara thesauraria y cuya función era la administración financiera de la Curia y de los bienes temporales de la Santa Sede.
Actualmente, la Cámara apostólica se encarga del gobierno de la Iglesia cuando fallece el Papa, al menos hasta que se constituyen las congregaciones generales de los cardenales a los que se confía el timón para la etapa sucesiva.
El cardenal Tauran es conocido en todo el mundo por pronunciar el "Habemus Papam" cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa. Tiene 71 años y fue secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados durante más de diez años, antes de ostentar la presidencia del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
A pesar de sufrir la enfermedad de párkinson, ahora el Papa le confía esta alta función administrativa, especialmente visible con la muerte o la renuncia del Papa.