Lo que aparecía en las películas es un hecho: las torturas utilizadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) contra sospechosos de pertenecer a la red terrorista Al-Qaeda han sido “mucho peores” de lo admitido hasta ahora por la propia agencia y por parte del gobierno de Estados Unidos.
El Senado de este país ha difundido una serie de informes que hacen tambalear la presunción de que son los “el campeones” del respeto a los derechos humanos de todas las personas del mundo. También, dichos informes han dejado en claro que la CIA oculta información clave sobre operaciones encubiertas, tanto al Congreso como a la Casa Blanca.
El Senado ha puesto en entredicho a la CIA mostrando las brutales técnicas de tortura que esta agencia utilizó para interrogar a sospechosos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. La senadora Dianne Feinstein, líder del Comité de Inteligencia, no dejó dudas sobre el resultado de las investigaciones: “Es mi conclusión personal que, en cualquier acepción del término, los detenidos de la CIA fueron torturados”.
El informe del Senado, que consta de 525 páginas, tiene sin embargo mucho cuidado de utilizar la palabra “tortura” y prefiere el eufemismo de “técnicas reforzadas de interrogatorio”, que había sido adoptado en el gobierno del presidente George W. Bush. “Técnicas que no son sino métodos brutales para arrancar información a los detenidos”, dijo Feinstein.
Tras detallar las diversas formas de tortura que aplicaron a los sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, el informe del Senado de Estados Unidos recuerda que estas “técnicas” no solamente reducen el respeto general por los derechos humanos de los sospechosos, sino que, también, son ineficaces para “adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos”.
El texto acusa también a la CIA de haber presentado “información incorrecta” –entre 2002 y 2007– al Departamento de Justicia sobre el alcance y los efectos de la tortura y de impedir que el Congreso lograra supervisar la aplicación de ese método de interrogatorio. De esa forma, “la CIA impidió la supervisión por parte de la Casa Blanca y la toma de decisiones”, añade el informe.
Chocan Obama y Cheney
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que la tortura es “contraria a los valores” que defiende Estados Unidos. “Por esa razón decidí prohibir la tortura cuando asumí la presidencia, porque una de las herramientas más poderosas que tenemos para enfrentar a los terroristas y mantener seguros a los estadounidenses es mantenernos fieles a nuestros ideales”, indicó.
Las revelaciones del informe del Senado han puesto a las embajadas de Estados Unidos en diversos países del mundo, especialmente en Oriente Medio, en situación de alerta ante eventuales reacciones violentas por lo que en éste se relata.
Mientras tanto, el ex vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, defendió ayer domingo las tácticas de la CIA. “Tortura es lo que los terroristas de Al Qaeda hicieron a tres mil estadounidenses en el 11-S”, afirmó en el programa “Meet the press” de la cadena televisiva NBC.
“No se puede comparar eso con lo que nosotros hicimos al impulsar los interrogatorios”, subrayó el ex vicepresidente, que formó parte del gobierno de George W. Bush, promotor de la llamada “guerra contra el terrorismo” lanzada tras el 11-S.
“Tortura, para mí (…), es un ciudadano estadounidense haciendo con su celular una última llamada a sus cuatro hijas jóvenes poco antes de que ardiera hasta la muerte en los pisos superiores del World Trade Center en Nueva York durante el 11-S”, insistió Cheney.
Ex oficiales de la CIA que han preferido el anonimato, acusaron de “traición” a los informantes del Senado y al Senado mismo por difundir estas prácticas, pues puede ser contraproducente para la seguridad nacional, dijeron.
Hoy celebramos a...