La actriz italiana cuenta su relación con la fe, un regalo de sus padres
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Tenía siete años Francesca Chillemi cuando la llevaron por primera vez en peregrinación a la Señora de Tindari (Italia). “Creo que fue uno de los momentos donde he sentido la fuerza de la fe – cuenta en una entrevista a la revista Credere (19 de octubre) –. Un sentimiento que siempre ha sido innato en mi: desde pequeña no me dormía serena si antes no rezaba. Ni tampoco la adolescencia ha turbado mis certezas existenciales. Aún hoy me dirijo diariamente a Dios, rezo y me dirijo a Él en todas las decisiones importantes”.
Y sin embargo, a pesar de los compromisos y el éxito, Francesca nunca falla a su “compromiso” con Tindari: “La peregrinación, pero también los ayunos y las flores, son para mí una forma de hacer algo más”. Su sueño es el de casarse en la Iglesia, y antepone los hijos a la carrera: “El matrimonio es algo importante”.
La Chillemi ganó en 2003 el concurso de Miss Italia, para después revelarse como actriz. El papel que la hizo famosa fue el de Azzurra en la producción de RaiUno Che Dio ci aiuti: “Para prepararnos para el rodaje – cuenta –, fuimos a un convento de clausura y en él encontré a monjas estupendas: en ellas vi la espontaneidad y la pureza típicas de los niños, y un amor puro y desinteresado. Además, contra los prejuicios comunes sobre las consagradas en los conventos, no he encontrado a mujeres mortificadas en su femineidad. Al contrario, su luz es tan radiante que están estup