Obama quiere cerrar el polémico centro de detención
Barack Obama quiere cerrar el polémico centro de detención que la administración de George W. Bush reactivó –tras la crisis del 11 de septiembre de 2001—en la base naval y militar que posee Estados Unidos en Guantánamo, en Cuba.
Y para la cárcel de alta seguridad –en la que los presos son tratados sin el menor consentimiento de derechos humanos– tiene que encontrar lugar a los detenidos. Por lo pronto, seis de estos presos llegaron este fin de semana a Uruguay, siendo el contingente más numeroso que abandona esa cárcel y el primero transferido a América del Sur.
Un montón de años preso
Como sucede con muchos otros presos “de guerra”, los milicianos supuestamente ligados a Al Qaeda, no tuvieron un juicio ni fueron encausados por ninguna autoridad, excepto la militar estadounidense. Ahora llegan a Uruguay en calidad de refugiados, aunque, técnicamente, podrían haber sido transferidos desde 2009 (pero no a sus lugares de origen).
Ha sido el presidente de Uruguay, José Mújica, el que les ha dado asilo a cuatro sirios, un palestino y un tunecino, quienes arribaron este fin de semana, en medio de un estricto operativo de seguridad, a la base aérea militar, que está ubicada al lado del aeropuerto de Carrasco. Mújica dijo, en su momento, que se trataba de un gesto humanitario, pues él también había estado “un montón de años preso”.
Entre los transferidos está Abu Wa’el Dhiab, un sirio de 43 años que realizó una huelga de hambre de largo plazo en protesta por su confinamiento y quien fue el protagonista de una batalla en los tribunales estadounidenses sobre la alimentación forzada por parte de los militares.
¿Cuál será la recompensa?
El Pentágono identificó a los otros sirios enviados el sábado a Uruguay como Alí Husain Shaaban, de 32 años; Ahmed Adnan Ajuri, de 37, y Abdelahdi Faraj, de 39. También fue liberado el palestino Mohamed Abdulá Taha Matán, de 35 años, y Adel bin Muhammad El Ouerghi, un tunecino de 49 años.
“Estamos muy agradecidos a Uruguay por esta importante acción humanitaria y al presidente Mujica por su fuerte liderazgo al ofrecer un hogar a individuos que no pueden regresar a sus propios países”, dijo Clifford Sloan, enviado del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Obama prometió cerrar la prisión de Guantánamo cuando asumió el cargo en el año de 2009, pero fue obstaculizado por el Congreso, que vetó enviar a los prisioneros a territorio estadounidense por cualquier motivo, incluso juicios, e impuso restricciones sobre su traslado al extranjero.
Hoy, la persistencia del presidente Mújica les abre un camino diferente, aunque el presidente uruguayo, ya de salida, haya dicho que, desde luego, obtendría de Estados Unidos alguna recompensa, quizá la aceptación de los organismos internacionales de no sancionar a Uruguay por ser el primer país de América Latina que autoriza la siembra, producción, comercialización y consumo de la mariguana.