Lectio Divina para Adviento: dia 4

Una guía práctica cada día para orar con la Escritura hasta Navidad

 
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
 
 

 
    15,29: Desde allí se dirigió al lago de Galilea, subió a un monte y se sentó. 15,30: Acudió una gran multitud que traía cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos enfermos. Los colocaban a sus pies y él los sanaba.
  15,31: La gente quedaba admirada al ver que los mudos hablaban, los cojos caminaban, los lisiados quedaban sanados y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel.

  15,32: Jesús llamó a los discípulos y les dijo:
   —Me da lástima esta gente, porque llevan tres días junto a mí y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino.
  15,33: Le dijeron los discípulos:
   —¿Dónde podríamos, en un lugar tan despoblado como éste, conseguir suficiente pan para toda esta gente?
  15,34: Jesús les preguntó:
   —¿Cuántos panes tienen?
   Ellos le contestaron:
   —Siete y algunos pescaditos.
  15,35: Él ordenó a la gente que se sentara en el suelo. 15,36: Tomó los siete panes y los pescados, dio gracias, partió el pan y se lo dio a los discípulos; éstos se los dieron a la multitud. 15,37: Comieron todos hasta quedar satisfechos; y con los restos llenaron siete canastos.
 
 
 

 
Jesús ha logrado lo que nadie hizo. Pero estos milagros son signos que Él tiene para demostrar quién es. La gente lo buscaba por los milagros, pero luego daban gloria a Dios. En verdad lo que importa es que a través de Jesús nosotros lleguemos a reconocer la presencia del Dios vivo en nuestras vidas.
 
 

 
Nos preguntamos para profundizar en nuestra vida estas palabras de Salvación:
 

1. ¿Cuánto dedico yo a la Alabanza a Dios?
2. ¿Busco los milagros de Jesús? ¿O busco a Jesús, en quien tengo mi confianza?

 
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero.
 

• Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
• Señor gracias por conocerte, y a través tuyo poder relacionarme con Dios Padre. Que nunca me olvide de Ti y de todos los favores que me haces.
• Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Añadimos unas intenciones de oración.

 
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del texto para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:
 
Todos glorificaban al Dios de Israel (Versículo 31)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación.
 
 
 

 
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
 
Mi acción debe tener un acto público de alabanza a Dios, y mostrar la alegría cristiana del contacto con Jesús mi salvador.

 
Hno Ricardo Grzona, frp