La decisión del Gran Jurado de no inculpar a un policía por la muerte de un joven de raza negra crea el caos en la ciudad
La crisis de violencia en Ferguson -el suburbio de San Luis, en el Estado de Missouri-, que ha dado la vuelta al mundo, amenaza con convertirse en una pesadilla que involucra a una enorme cantidad de grupos defensores de los derechos humanos y de los afroamericanos en Estados Unidos; pesadilla que atizan los eternos infiltrados en estos movimientos sociales.
En la víspera del Día de Acción de Gracias, que se celebra en Estados Unidos el cuarto jueves de cada mes de noviembre y que congrega a las familias en torno al hogar de los padres, el país completo vive en vilo las jornadas de lucha que se han convertido en batallas campales, con un saldo, hasta ahora, afortunadamente limpio de heridos o muertos.
Todo comenzó la noche del 9 de agosto de este año cuando dos jóvenes de color, Michael Brown y Dorian Johnson, fueron detenidos por el agente de policía Darren Wilson (28 años, blanco) al coincidir con dos ladronzuelos que habían robado una cajetilla de tabaco en los almacenes "Ferguson Market & Liquor", intimidando verbalmente al dependiente.
Al ser reconocidos se resistieron a la detención y el agente disparó varias veces en contra de los dos jóvenes, quitándole la vida a Michael Brown (a sus 18 años de edad), el cual iba desarmado.
La desproporción de la acción sumada a su resultado y a los continuos abusos de la policía, provocó una ola de disturbios que tuvieron que ser controlados por la Guardia Nacional estadounidense, con intervención del mismo presidente Barack Obama.
Las protestas de los vecinos y de la familia de Michael, así como las acusaciones de racismo, fueron encendiendo un foco de alarma que, finalmente, ha llegado a explotar, cuando el lunes por la noche la decisión del Gran Jurado fue la de no inculpar al policía Darren Wilson por la muerte del joven de raza negra, lo cual creó el caos en la ciudad.
El veredicto del Gran Jurado
Después de días de deliberación, los miembros del Gran Jurado llegaron a la decisión de que “no había causas para presentar cargos contra el policía” Wilson, desatando la ira de los vecinos de Ferguson y de muchas otras ciudades como Los Ángeles, con el recuerdo de Rodney King, un taxista que fue agredido brutalmente por varios agentes de la policía angelina el 3 de marzo de 1991 después de haber sido perseguido por éstos, estando en libertad condicional por robo.
Bob McCulloch, fiscal del condado de San Luis, anunció la decisión de exonerar de culpa al policía Wilson. El jurado investigador –integrado por nueve personas blancas y tres negras– se reunió semanalmente desde el 20 de agosto para sopesar la evidencia. El panel trabajó 70 horas y escuchó a 60 testigos.
McCulloch señaló que los miembros del jurado de instrucción fueron "la única gente que escuchó a cada testigo… y toda la evidencia".
Agregó que muchos testigos presentaron declaraciones contradictorias, que a fin de cuentas fueron inconsistentes con la evidencia física. "Los miembros del jurado pusieron sus corazones y alma en este proceso", agregó McCulloch.
La versión del policía Wilson
Por su parte, el oficial de policía Darren Wilson dijo ante el Gran Jurado que Michael Brown le golpeó en la cara cuando fue a arrestarlo por ser sospechoso de robar en una tienda. Wilson contó que el muchacho le había dado ya dos puñetazos y él pensó que el tercero hubiese sido fatal.
El fiscal general Eric Holder señaló que la investigación sobre los hechos que derivaron en la muerte de Michael Brown continuará.
En un intento por detener la oleada de violencia, la familia de Michel Brown, que aseguró “estar destrozada con el veredicto” que deja en libertad al policía que acabó con la vida de Michael, hizo, sin embargo, un llamado a la paz y a las manifestaciones no violentas.
Pero ha sucedido, exactamente, lo contrario: Ferguson, ha vivido estas dos últimas jornadas bajo el terror: vidrieras rotas, agresiones a la policía, incendios de establecimiento comerciales y disparos se han sucedido casi sin descanso desde que se conoció el veredicto del Gran Jurado.
Los manifestantes cerraron una autopista, la Interestatal 44, y la policía apostó en ella a varios oficiales. El principal aeropuerto de San Luis canceló la llegada de aviones temporalmente, como medida preventiva. Hubo manifestaciones en todo el país, en Nueva York, Chicago y en frente de la Casa Blanca en Washington.
Las piedras no construyen la paz
"Somos una nación construida bajo el estado de derecho, por eso necesitamos aceptar la decisión del jurado investigador", declaró el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un mensaje transmitido desde la Casa Blanca luego de que se anunciara la decisión del jurado.
El número uno de la Casa Blanca dijo que es comprensible que los estadounidenses estén "profundamente decepcionados e incluso enojados" de que el policía Darren Wilson no fuera acusado formalmente. Sin embargo, se hizo eco al llamado que hicieron los padres de Brown para que cualquier protesta sea pacífica, en memoria de su hijo.
Al mismo tiempo, Obama buscó disipar la idea de que las relaciones raciales en Estados Unidos se han deteriorado, pese a las protestas en Ferguson y en prácticamente toda la Unión Americana.
Al pedir a los estadounidenses no negar los progresos recientes, el mandatario pidió a los ciudadanos enfocar su atención en formas de acercar a la policía y las comunidades ante la muerte de Brown.
"Eso no se logrará lanzando botellas, rompiendo cristales de vehículos. No se logrará usando esto como excusa para dañar propiedades", agregó Obama. "Y ciertamente tampoco se logrará dañando a alguien".