Joaquín Lleal Plantés nació en el pueblo de Olives, provincia de Gerona el día 25 de mayo de 1936. Sintió que Dios le llamaba a ser sacerdote y, tras entrar en el seminario y acabar su formación, se ordenó sacerdote en la magnífica Catedral de Gerona el 23 de mayo de 1959.
Estuvo algunos años en Arbúcias como coadjutor en la parroquia y se unió también a un grupo de sacerdotes que predicaban misiones populares en Banyoles. Pronto pudo dar cauce a sus inquietudes misioneras y, en 1963, se fue a Chile como miembro de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, la OCSHA que tantos sacerdotes misioneros españoles ha dado a América.
Su destino, la diócesis de San Felipe, donde trabajó como párroco y también en la promoción de los campesinos. Allí tuvo la suerte de trabajar codo con codo con Mons. Enrique Alvear, el “obispo de los pobres”.
Según cuenta el director de misiones de Gerona, Ricardo Sarrá, amigo y compañero suyo, eran años duros en Chile. Por su labor con los campesinos se detuvo al padre Joaquín y se le acusó de tener una emisora clandestina, a pesar de la evidente ignorancia tecnológica del sacerdote. Fue entonces cuando intervino el “obispo de los pobres”.
Mons. Alvear, en cuanto supo que habían detenido al misionero, acudió a la comisaria, se abrió paso hasta él y tomándolo del brazo les dijo a las guardias que era uno de sus sacerdotes y que se lo llevaba. Así lo sacó de la cárcel y después logró que abandonara el país. Le evitó el destino de otros, como el sacerdote también catalán Joan Alsina, que sería torturado y asesinado ese mismo año.
A raíz de su salida de Chile, su nuevo destino misionero sería la diócesis de Rafaela, en Argentina, donde estuvo hasta 1980, que regresó a Gerona. Ya en su tierra natal fue párroco en la Sagrada Familia de Blanes, en Bescanó y Estanyol. El año 2011 se jubiló en la Parroquia de Cervià de Ter, después de 52 años de ministerio sacerdotal. El pasado 9 de noviembre fallecía.
Hoy celebramos a...