Uno de los crímenes que más impacta el corazón del Papa Francisco es, sin duda, esta moderna versión de la esclavitud
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Uno de los crímenes que más impacta el corazón del Papa Francisco es, sin duda, la trata de personas, la moderna esclavitud que consiste en el uso de seres humanos con fines de explotación sexual. Más específicamente (con la cancelación de la esperanza que este funesto acto lleva consigo), son las niñas las que han sido golpeadas por el crimen organizado.
El Pontífice romano ha convocado ya a dos encuentros, uno entre expertos mundiales sobre el tema de la trata en noviembre de 2013 y otro, hace un par de semanas, con organizaciones juveniles de todos los credos que se dedican, justamente, a la defensa de la dignidad y la trascendencia de cada persona y trabajan para mitigar los estragos que provoca esa “esclavitud moderna”.
Crecimiento global de 5 por ciento
Ello porque el Papa Francisco, de ordinario muy bien informado sobre este fenómeno, sabe que la trata de personas va creciendo conforme se va “globalizando la indiferencia” y conforme los cárteles del crimen organizado se asientan en prácticamente todas las regiones del mundo, afectando a los colectivos más vulnerables: los niños, en cuanto edad, y las mujeres, en cuanto sexo.
En efecto, según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas publicado recientemente por la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), una de cada tres víctimas de trata de personas durante el periodo 2010-2012 fue un menor de edad. La cifra va creciendo pues es 5 por ciento superior a la registrada en el periodo 2007-2010.
El informe de la UNODC presenta una geografía del crimen en la que el porcentaje de niños del total de víctimas de la trata de personas varía –notablemente– en función de las regiones. En África y Oriente Próximo los menores son 62 por ciento de las víctimas, mientras que en América, Asia y Europa rondan, de media, en 29 por ciento.
No hay región que se salve
Desde luego, el colectivo más afectado, en función del sexo, siguen siendo las mujeres. Dos de cada tres víctimas menores de edad son niñas y, en su conjunto, las mujeres suponen el 70 por ciento de las víctimas de todo el mundo. Mientras que, entre 2004 y 2011, el número de mujeres que sufren la trata de personas se ha reducido de un 74 por ciento a un 49 por ciento del porcentaje total de víctimas, el número de niñas ha pasado de ser un 10 por ciento a un 21 por ciento.
El informe también destaca que el delito de trata de personas afecta a prácticamente todos los países de todas las regiones del mundo. Durante el periodo 2010-2012 se identificaron víctimas de 152 nacionalidades diferentes en 124 países de todo el mundo. La UNODC ha identificado, al menos, 510 rutas de trata de personas que atraviesan todo el mundo.
La mayoría de las rutas de trata de personas son intrarregionales y el destino de la víctima se suele encontrar en la misma región; con frecuencia también en una única subregión. Más de seis de cada diez víctimas son trasladadas cruzando, al menos, una frontera nacional. La mayoría de las rutas se detectan principalmente en los países ricos de Oriente Próximo, Europa Occidental y Norteamérica; y las víctimas provienen, principalmente, de Asia Oriental y Meridional y África subsahariana.