Pizzaballa, custodio de Tierra Santa: justicia y oración ante la posibilidad de una tercera intifada
Después de la noticia del atentado en la Sinagoga de Har Nof, donde perdieron la vida cuatro rabinos por mano de dos militantes palestinos, el Papa Francisco ha manifestado su preocupación por el aumento de la agresividad en Jerusalén y en otras zonas de Tierra Santa, “con episodios de violencia inaudita que no excluyen los lugares de culto”.
El Pontífice, durante la audiencia general en Plaza San Pedro del 19 de noviembre, rezó “por la dramática situación, las víctimas y por los que sufren las consecuencias” del derramamiento de sangre.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha condenado duramente el ataque terrorista. El Consejo ha hecho un apelo a la responsabilidad de los israelíes y los palestinos para que retomen el camino de la paz.
Al respecto, el custodio de Tierra Santa, padre Pierbattista Pizzaballa, ha manifestado que existe la posibilidad de la explosión de una tercera intifada, es decir, un levantamiento armado.
“No, no se puede continuar así, debemos cambiar, pasar la página. Se necesita coraje, liderazgo y fuerza contra todo lo que rema contra la paz”, dijo en entrevista a Radio Vaticano.
El Papa Francisco también ha manifestado, en su oración por las víctimas en Israel, que “construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento”.
Pizzaballa aplaudió las palabras del Papa, y admitió que en este momento parece que la paz es más un deseo "porque prevalece la violencia, la rabia y el rencor” y “es posible que tengamos que esperar para ver una solución”, añadió.
La polémica por la Explanada de las Mezquitas (Monte del Templo, para los judíos) se ha convertido en las últimas semanas en el fuego que devora la pacificación y alimenta las diferencias entre israelíes y palestinos. Funcionarios del gobierno israelí han pedido una operación militar en el Este de la Ciudad Santa.
“La violencia llama a la violencia, por desgracia, y es entrar en una espiral que nunca termina. Creo que en cambio hay que detenerse, iniciar un proceso de diálogo, de reunirse, de educar, de formar siguiendo la justicia para el bien de todos”.
Asimismo, indicó que “lo único que nos queda por hacer es entregar esta situación tan dolorosa al Señor en la oración, la oración de intercesión, pidiendo a Dios que toque los corazones de los que toman decisiones”.