1.438 acusados, 20 muertos a manos de la policía o durante su detención y 19 en ataques de la multitud
La ley sobre la blasfemia sigue cobrándose víctimas en Pakistán y las minorías religiosas son las más vulnerables.
Según los datos recogidos por la red de organizaciones no gubernamentales en Pakistán “Awaz-e-Haq Itehad” (IAH), y recibidos en la agencia Fides, 1.438 personas han sido acusadas de blasfemia entre 1987 y octubre de 2014.
Las minorías religiosas – que se componen en general por menos del 4% de la población de Pakistán – constituyen el 50% de los acusados de blasfemia (501 ahmadis, 182 cristianos, 26 hindúes – 10 víctimas sin credo establecido).
Desde 1990, 60 personas han perdido la vida fuera de los tribunales en relación con los cargos de blasfemia: 32 de ellos eran de las minorías religiosas y 28 musulmanes. Entre las 60 víctimas, 20 murieron a manos de la policía o durante su detención, 19 murieron en ataques de la multitud.
La provincia de Punjab es el lugar donde los abusos son más frecuentes: aquí se han dado 1.086 episodios relacionados con la blasfemia, el 76% del total, mientras que el 21% se produjo en Sindh.
Entre los incidentes de violencia relacionados con esto 1.097 casas fueron saqueadas y dañadas en los distritos de Khanewal, Sangla Hill, Kasur, Lahore y Gojra. 17 iglesias en Khanewal y Korian junto con 10 escuelas y colegios incendiados en diferentes ataques vinculados a acusaciones de blasfemia entre 1997 y 2013.
Al comentar las cifras, el activista católico Peter Jacob, ex secretario de la Comisión de la Conferencia Episcopal de Justicia y Paz, afirma en un comunicado enviado a la agencia Fides: “Los episodios de presunta blasfemia también han tenido un impacto en la vulnerabilidad de los abogados y los jueces, así como sobre los acusados y sus familias”.
“Cada episodio de supuesta blasfemia – explica – forma una cadena de injusticias en la que cada paso conduce a más violencia e injusticia legalizada. Las medidas administrativas y el sistema judicial necesario no han logrado detener estas violaciones sistemáticas de los derechos humanos”.
“Los gobiernos – señala Jacob – han establecido en la mayoría de los casos, una respuesta de emergencia, tal vez con la compensación o la reconstrucción de las casas quemadas".
"Pero deberían considerarse también a las víctimas inocentes – que según algunos abogados musulmanes llegan hasta el 80% del total – la detención prolongada, los honorarios legales, la pérdida de medios de subsistencia, el desplazamiento de miles de familias temporal y permanente, así como el peso emocional que tienen que soportar", denuncia.
"¿Quién paga todo esto? ¿Quién y cómo puede pagar todo este sufrimiento?”, pregunta. También hay un clima general de impunidad: demasiadas investigaciones, como la de Gojra, terminan en nada.
En muchos otros países del mundo, el delito de blasfemia existe, pero con penas menores, considerado a veces sólo “una infracción administrativa”, punible con sanciones.
Artículo originalmente publicado por Agencia Fides