Quiso salir al cruce del secretario para las Adicciones, el padre Juan Carlos Molina,
El rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), monseñor Víctor Manuel Fernández, advirtió que “no se pueden sacar conclusiones de las fotos que las personas se toman con el Papa, ni tampoco conviene tomar demasiado en serio lo que digan supuestos mensajeros e intérpretes” del pontífice.
Fernández –un arzobispo cercano a Francisco- señaló que “el pensamiento del Papa se conoce a partir de lo que él escribe o dice públicamente. Cuando Santo Padre quiere decir algo lo expresa de modo muy claro y directo. Las fotos solo muestran la amabilidad y apertura del Papa, pero nada más”.
"Tampoco (deben considerarse como la palabra del Papa) lo que digan miembros de la Universidad , o lo que diga yo mismo, aunque sea obispo, puede tomarse como clave de interpretación del Papa. Mejor lean lo que él dice directamente”, completó el rector hablar ante estudiantes de la UCA.
En ese sentido afirmó que “lo que piensa (el Papa) sobre la liberalización de las drogas, por ejemplo, está clarísimo en su discurso de Río de Janeiro, y ninguna foto puede desmentir eso". Así pareció salir al cruce del secretario para las Adicciones, el padre Juan Carlos Molina, quien está a favor de la despenalización del consumo de drogas y estuvo recientemente con Francisco.
Fernández destacó que “son enormes los daños que provocaría en los barrios pobres la liberalización del consumo de drogas, a partir de lo que ve la Iglesia por su presencia constante en esos lugares”.
“Además –puntualizó-, sería imprudente y apresurada una medida de ese tipo si tenemos en cuenta que en Argentina todavía hay muchísimo por hacer en prevención, formación y recuperación”.
Y completó: “Por eso los curas de las villas se preguntan: “¿Ministros y jueces conocen la situación en nuestros barrios? … ¿Se han sentado a elaborar proyectos liberadores –la droga esclaviza– o simplemente se piensa en implementar recetas de otras latitudes?”.
Finalmente, recordó que el Papa expresó su oposición contundente en Río de Janeiro, donde dijo: “No es la liberalización del consumo de drogas (…) lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química. Es preciso afrontar los problemas que están a la base de su uso”.
Artículo originalmente publicado por Valores Religiosos