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Después de disponer la colocación de duchas para los indigentes en las cercanías de la Columnata de San Pedro, el Papa Francisco no se detiene y distribuye, a través de la Limosnería Apostólica, 200.000 euros para contribuir a pagar los recibos de las familias insolventes para evitar su desahucio. La noticia la dio el diario italiano La Repubblica (13 noviembre).
Bergoglio por tanto no deja de mirar a los más necesitados, a los que llama "las periferias": en el mes pasado ayudó también a los inmigrantes con otros 50.000 euros – siempre a través de la Limosnería – pagándoles los 150 euros necesarios para poner en regla sus documentos.
Y no acaba aquí, porque el jueves próximo, el papa Francisco se dirigirá a la sede de la FAO, en Roma, para volver a relanzar, en la segunda Conferencia internacional sobre la nutrición programada del 19 al 21 y frente a centenares de gobernantes mundiales, su llamamiento contra el hambre en el mundo.
Nada de extraordinario
El arzobispo polaco Konrad Krajewski, que guía la Limosnería apostólica puntualiza sobre la realización de las duchas en la plaza de San Pedro: "No hacemos nada de extraordinario, dar a las personas la posibilidad de lavarse forma parte del abc de una comunidad, en Roma todos los baños están cerrados, pero son exigencias elementales, ¿donde deberían ir estas personas? Y yo como pastor ¿cómo puedo hablarles del Evangelio cuando tengo enfrente a quien tiene necesidades del género?"