Los cristianos estamos llamados a “ir a la tumba” vacía de Jesús para vivir la Resurrección
El Papa Francisco ha invitado a los fieles a unirse al evento de la resurrección de Jesucristo, que aseguró "no se hace a través de ‘discursos persuasivos de sabiduría’ sino en la palabra que vive en la cruz y en la resurrección”.
Esta mañana en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco ha presidido la celebración eucarística por los cardenales y los obispos fallecidos durante el año. 111 en total. “Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor, quien cree en mi no morirá eternamente” es el evangelio cantado que hizo de antesala a la homilía del Pontífice.
“Esta celebración, debido a la palabra de Dios, está iluminada por la fe en la resurrección”, una verdad que ha seguido un camino tortuoso en el Antiguo Testamento, y que “emerge de manera explícita” en el evangelio (2 Mac 12,43-46).
“Toda la Revelación divina – continuó – es el resultado del diálogo entre Dios y su pueblo, y también la fe en la resurrección está relacionada con este diálogo que acompaña el camino del pueblo de Dios a lo largo de la historia”.
El Papa Francisco dice que la Resurrección ha sido un recorrido que no sorprende haya necesitado de tiempo hasta llegar a Jesucristo. “Él puede decir: ‘Yo soy la resurrección y la vida’ (Jn 11:25), porque en él este misterio no sólo se revela plenamente”, sino que se lleva a cabo y, finalmente, llega a ser una “realidad”.
El Pontífice llama la atención sobre el episodio del Evangelio que cuenta “la historia de la muerte de Jesús y de la tumba vacía, que es la culminación de todo ese camino: es el caso de la Resurrección, que responde a la larga búsqueda del pueblo de Dios, en la búsqueda de cada hombre y de toda la humanidad” aseguró Francisco.
“Cada uno de nosotros está invitado a unirse a este evento – prosigue en la homilía – estamos llamados a ponernos frente a la cruz de Jesús, como María, al igual que las mujeres, al igual que el centurión, para escuchar el grito de Jesús, y su último aliento, y luego el silencio; el silencio que sigue a lo largo del Sábado Santo.
Y entonces estamos llamados a ir hacia la tumba para ver que la gran piedra fue removida; para escuchar el anuncio: "Ha resucitado, no está aquí" (Mc 16,6). No es la respuesta. Allí está el fundamento, la roca. Que no se encuentra en "palabras persuasivas de sabiduría”, sino en la palabra viva de la cruz y de la resurrección de Jesús”.
En la predicación recuerda la enseñanza del apóstol Pablo que predica: “Jesucristo crucificado y resucitado”. Asimismo, propone el fundamento de la fe cristiana: “Si Él no ha resucitado, nuestra fe está vacía y es inconsciente”. Así, el Pontífice confirma que para la fe cristiana la Resurrección de Jesús es la “verdad” y la “vida eterna”.