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Con alegría por parte de la comunidad católica cubana –unos siete millones de fieles—se anunció este domingo que por primera vez en 55 años que van de la Revolución encabezada por Fidel Castro (triunfante en 1959, con la expulsión de Fulgencio Batista) se construirá en Cuba un templo católico.
La construcción estará financiada con apoyo de feligreses –la mayoría exiliados cubanos– que viven en Estados Unidos, concretamente en la ciudad de Tampa, en el Estado de Florida.
"Será en el Municipio de Sandino, en la Provincia de Pinar del Río", especificó en una breve nota el boletín dominical Vida Cristiana que se distribuye a los fieles asistentes a las misas de los fines de semana. "Esto será posible gracias a la colaboración de la parroquia San Lorenzo en Tampa, en Estados Unidos compuesta en gran parte por fieles cubanos", agregó el boletín católico.
Creado a comienzo de los años sesenta del siglo pasado, Sandino es un municipio que cuenta con unos 37 mil habitantes y está situado en el extremo occidental de la isla, una zona dedicada principalmente a plantaciones citrícolas y tabaqueras.
Ahí, el nuevo templo –tras superar los cinco permisos que se tenían que otorgar por el Estado para su construcción– tendrá una capacidad para 200 personas y ocupará un área de unos 800 metros cuadrados, explicó el boletín al indicar además que su titular será el padre Cirilo Castro.
Sandino fue poblado al comienzo del proceso revolucionario cubano por campesinos que eran trasladados de las serranías del Escambray, en el centro del país y a los cuales se acusó de colaborar con los grupos anticastristas que instalaron una guerrilla contrarrevolucionaria para derrocar a Fidel Castro, según explicó el diario “El Nuevo Herald”. Se trata de un lugar aislado en el que no existía templo alguno.
El permiso dado por el régimen que encabeza Raúl Castro Ruz para la construcción de este templo puede ser tomado como muestra de una nueva fase, del mejoramiento de las relaciones entre la Iglesia y el Estado cubano.
Aunque Cuba es un país de tradición católica, esta religión no es mayoritaria en la isla, donde predominan la santería y otras que sincretizan las creencias traídas por los conquistadores españoles con aquella que aportaron los esclavos africanos.
Los revulsivos de un Estado cuyo régimen lo había declarado “ateo”, fueron las visitas, en 1998 y 2012 respectivamente, de Juan Pablo II (quien logró, por ejemplo, que se volviera a celebrar la Navidad en la isla) y de Benedicto XVI (por cuya visita se pudo hacer una peregrinación nacional de la patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre).