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Pedro de Asúa, arquitecto, sacerdote, mártir y ahora beato

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Alvaro Real - publicado el 29/10/14
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Asesinado en la Guerra Civil Española por su testimonio de fe
El próximo sábado tendrá lugar en Vitoria la Beatificación de Pedro de Asúa, sacerdote guipuzcoano que fue asesinado durante la Guerra Civil Española por su opción por Cristo y su condición de sacerdote. El Cardenal Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos presidirá a las 7 de la tarde la Eucaristía de Beatificación en la Catedral de Vitoria. Pero, ¿quién fue este mártir? ¿Qué nos enseña su vida y su testimonio?

Biografía

Pedro de Asúa nació en Balmaseda (Vizcaya) el 30 de agosto de 1890. Cursó estudios de bachillerato en Orduña (Vizcaya) entre 1900 y 1906. Posteriormente marchó a Madrid a realizar estudios de arquitectura, hasta 1914.
Fue un estudiante responsable, muy vinculado a su familia. También un cristiano militante y apóstol activo.  Entre 1915 y 1919 ejerció su profesión de arquitecto entre Bilbao y Madrid. En 1917 fundó la Adoración Nocturna en Balmaseda.

A los 29 años, se decidió a dejarlo todo al tomar la decisión de ser sacerdote. Solo desde la experiencia de seguimiento y relación profunda con Cristo en la oración y en la actividad apostólica se explica el paso de arquitecto recién estrenado y valorado por los resultados a aspirar a ser sacerdote diocesano.

Estudió latín en la preceptoría de Gordejuela y en 1920 ingresó en el Seminario de Vitoria. Ese mismo año se construyeron las Escuelas Mendía, en Balmaseda. Siendo todavía seminarista recibió el encargo de realizar los planos del Nuevo Seminario de Vitoria.

El 14 de junio de 1924 fue ordenado sacerdote. Durante doce años  (1924 – 1936) fue sacerdote en Balmaseda, además de arquitecto diocesano. La radicalidad con la que dio el paso a ser sacerdote le acompañará durante estos años. Se caracterizó, al mismo tiempo, por una profunda contemplación y una intensa y amplísima actividad pastoral. Llegó a encarnar perfectamente la espiritualidad sacerdotal de  “Solo sacerdote, sacerdote siempre y en todo sacerdote”, presentada en aquel entonces por D. Rufino Aldabalde.

Dirigió la construcción del Seminario de Vitoria entre 1926 y 1930.

En 1936 fue detenido y asesinado por ser sacerdote el 29 de agosto. La vida evangélica de D. Pedro y el martirio van de la mano; no se extrañan, se conocen. D. Pedro mártir no se entiende sin su vida sacerdotal enteramente entregada. “Aceptó la muerte como consecuencia de su opción por Cristo y por el sacerdocio”.

Qué nos enseña

La diócesis de Vitoria ha preparado una serie de materiales donde explica cómo nos interpela la vida del nuevo Beato.

A jóvenes

Nos urge a descubrir el sentido de la vocación hoy, llamadas de Dios al servicio de los demás. Quien entendió su vida como respuesta permanente a Dios y a las necesidades de los demás nos muestra el sinsentido de una vida joven sin vocación y el sentido de su presencia en el mundo en el que nos movemos. Las personas jóvenes vocacionadas son hoy más necesarias que nunca.

A sacerdotes

Nos llama a “reavivar el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos” (“Tim 1, 6), cargando con la responsabilidad del ministerio hasta las últimas consecuencias, con espíritu confiado y animoso, llenos de bondad, amor y entrega. Contemplativos al máximo, y enteramente al servicio de todos.

A creyentes

¿Acaso no resulta llamativo e interpelador para todos los creyentes que un joven arquitecto de 29 años, con un comienzo profesional tan prometedor, lo deje todo sólo por Jesús? La interpelación para nosotros es doble: ¿qué fuerza tiene hoy la relación con Cristo en mí? Y ¿con qué capacidad de compromiso cristiano me muevo hoy?.
Su decisión no tuvo nada que ver con ningún tipo de crisis, ni personal, ni familiar ni profesional; sólo se entiende desde una relación cada vez más fuerte y viva con Jesucristo, dentro de un contexto socio – histórico concreto.

A nuestro pueblo

La reconocida figura del Beato Pedro Asúa  Mendía invita a todo nuestro pueblo a tener unas miras más altas y no chocar con los montes que nos circundan, a tener una cierta capacidad de trascendencia. Desde su vida nos llama a vivir un más de fe, un más de servicio, un más de comprensión y de reconciliación. Nuestro pueblo necesita testigos de trascendencia, también cristiana.

Algunas frases sobre el nuevo Beato

“Como buen arquitecto puse el cimiento y otro construye encima” 1 Cor 3, 10

“Hay que estar preparado a todo, aún al sacrificio de la vida, por si el Señor lo exige” Beato Pedro Asúa

“Era todo un sacerdote, más que arquitecto, a pesar de ser, a mi juicio, muy buen arquitecto”. Testimonio de Marcelo Legorburu, industrial de obras. Colaborador directo entre 1926 y 1936

“Aceptó la muerte como consecuencia de su opción por Cristo y por el sacerdocio” D. Andrés Ibáñez. Sacerdote

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