El editorial semanal de la publicación oficial de la arquidiócesis primada de México, Desde la Fe, se ha convertido en un punto de referencia obligatorio en la prensa secular de este país, lastrado por la violencia y atónito ante la desaparición de 43 estudiante normalistas en Ayotzinapa, Guerrero, mismos que ya cumplen un mes de haber sido secuestrados, presuntamente, por grupos criminales que operan en esa entidad.
La publicación de la arquidiócesis que encabeza el cardenal Norberto Rivera Carrera, hizo énfasis, el pasado fin de semana en que si bien la crisis de violencia por la que está pasando el país no es la peor que ha ocurrido, es una de las más graves, especialmente por el asunto de Ayotzinapa.
“¿Cómo hemos llegado a este desprecio por la vida humana, a la perversión de los valores, al endiosamiento del poder, del dinero; al imperio de la impunidad, de la maldad y del egoísmo?”, se pregunta el semanario en su editorial; misma pregunta que hoy se hacen millones de mexicanos, sin encontrar respuesta viable.
Signos de la decadencia
Para Desde la Fe ningún sector de la sociedad mexicana “puede salir libre de culpa, empezando por las familias, que han dejado de educar a sus hijos en los valores cristianos y humanos; las escuelas, que han politizado la enseñanza hasta llevarla a un nivel lamentable de decadencia; el Estado, que ha tolerado una corrupción sistemática de la cual hoy no sabe cómo salir; los partidos políticos, que han traicionado sus ideales y han hecho de la actividad política lo más depreciable de la sociedad, y la misma Iglesia, que no ha estado a la altura de una evangelización que, como mínimo, exige entre sus fieles una clara distinción entre el bien y el mal”.
Más adelante recuerda que un conflicto como el que vive México “no se resuelve con discursos vacíos sobre el Estado de Derecho; no se supera con reacciones hipócritas ante la impunidad y la corrupción; ni siquiera con un indispensable ejercicio de la justicia”. En opinión del semanario “el mal que sufre México es una verdadera descomposición del tejido social, un mal del que no escapa ningún sector del país”.
Para los editorialistas de Desde la Fe, ciertamente, la gravedad de la crisis que ya ha motivado la renuncia del gobernador de Guerrero y la puesta en marcha de un dispositivo nacional para dar con el paradero de los 43 jóvenes normalistas quienes podrían estar ya muertos, “exige un replanteamiento profundo de nuestra moral, de nuestras leyes y de la organización social y política de la patria.
Aún hay tiempo de actuar
“Los remiendos ya no sirven de nada, los discursos oficiales llenos de falsedades e hipocresías sólo irritan a la sociedad; es preciso reconstruir al país, se hace urgente un compromiso que una a todos los sectores y fuerzas de la sociedad para combatir la inmoralidad, la impunidad, la corrupción y el cinismo que tiene arrodillada y cubierta de vergüenza a nuestra nación”, ha recalcado el semanario en uno de sus más enjundiosos editoriales de los últimos tiempos.
Para la publicación de la arquidiócesis primada de México, “la clase política se ha exhibido indigna y sus partidos se han mostrado totalmente incompetentes para tan grande tarea” Y más adelante se pregunta si la sociedad civil será capaz “de emprender esta tarea que parece imposible”.
Termina diciendo el editorial que la respuesta a este cuestionamiento es inaplazable, pues lo que parece ser el fondo aún no lo es. “Nuestro país todavía puede caer más bajo si no se empiezan a tomar medidas que rompan los paradigmas de conveniencia política y de sobrevivencia, que sólo han servido para contener una fuerza y una indignación social que, de no atenderse, puede traer consecuencias irremediables. No es demasiado tarde, aún podemos actuar”.