Durante la Misa, en la invocación “El Señor esté con vosotros”, a la que se responde “Y con tu espíritu”, ¿a qué espíritu se refiere? ¿Cuál es su significado exacto?
Ese “tuyo” se refiere al sacerdote que preside la celebración. Las dos partes de este diálogo se encuentran varias veces en la Misa: en los saludos inicial y final, antes del Evangelio, al principio de la liturgia eucarística.
Se trata de una fórmula de saludo entre el celebrante y la asamblea. La Instrucción general del Misal romano explica así el significado del saludo inicial:
Viene de la Biblia
Tanto las palabras del sacerdote como la respuesta de los fieles tienen un origen bíblico.
Con este saludo Booz, antepasado del rey David, se dirige a los segadores: “¡El Señor esté con vosotros!”. Y ellos le responden: “Que el Señor te bendiga” (Rut 2,4). Expresiones parecidas se encuentran en Jueces 6, 12, en 2Cro 15,2, Lucas 1,28 y 2Tes 3,16.
La respuesta “Y con tu espíritu” aparece en cambio en la segunda carta a Timoteo: “El Señor sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros” (4,22). Pero está presente también en otras cartas paulinas: Gálatas 6,18, Filipenses 4,23; Filemón 25.
Aunque el Misal define este diálogo como un saludo, es al mismo tiempo un augurio.
El sacerdote anuncia a la comunidad reunida para celebrar la Eucaristía que el Señor está verdaderamente presente. Como Jesús mismo había prometido:
Dios presente
En este caso, la traducción más precisa de la fórmula latina “Dominus vobiscum”, que no tiene verbo, podría ser: “El Señor está con vosotros”.
Con todo, la fórmula puede ser entendida también como el deseo de que el Señor esté de verdad con nosotros para que podamos acoger el don de su gracia.
Se expresa, en todo caso, una gran verdad: Cristo está presente en el sacerdote y en la asamblea, y la comunidad está unida en la misma fe.
Respecto a la respuesta “Y con tu espíritu”, podemos observar que la palabra “espíritu” se refiere a la dimensión más noble de una persona, a su lado más íntimo, allí donde el Espíritu Santo está presente con su fuerza. Así escribe san Pablo a los Romanos:
Notemos también que esta respuesta es solemne, mucho más que un simple “y contigo”. Se subraya así la dignidad y la importancia del sacerdote que preside la Eucaristía: en él está presente de modo especial el Espíritu Santo recibido en el sacramento del Orden.
La expresión “Y con tu espíritu”, que se puede decir también en respuesta en el momento de la paz, expresa respeto y benevolencia hacia el interlocutor.
Es también, finalmente, una fórmula con valor ecuménico: está presente también en las liturgias de las Iglesias ortodoxas y protestantes.
Texto originalmente publicado en la revista italiana Credere