La opinión de Don Julián Carrón (CL) sobre los temas del inminente Sínodo de Obispos sobre la familia
“Que el Sínodo de Obispos pueda aumentar en todos la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia y su belleza en el proyecto de Dios”. Es el deseo de Don Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, que ha invitado a todos los adherentes al movimiento a unirse a la oración por el Sínodo.
Crisis antropológica
En una entrevista del Avvenire (2 de octubre) Carrón va a la raíz de la crisis de la familia sosteniendo que “estamos frente a una crisis que es, antes que nada, de naturaleza antropológica. Antes aún que un problema de relación entre hombre y mujer, está el modo en que cada persona responde a la vieja y siempre actual pregunta: ¿Quién soy?
Cuando hay confusión sobre el yo, también los vínculos se vuelven problemáticos. En una relación amorosa auténtica, el otro es vivido como un bien tan grande que es percibido como algo divino”.
¿Es conveniente casarse?
Se detiene en la indisolubilidad del matrimonio añadiendo que “no es un problema sólo de hoy. Hace dos mil años, cuando Jesús dijo “no es lícito separar lo que Dios ha unido”, los discípulos respondieron: “Entonces no es conveniente casarse”.
Por eso las dificultades modernas no deben sorprendernos: incluso ellos pensaban que ciertas cosas fueran humanamente imposibles. Cristo vino precisamente para volver posible lo que es imposible para el hombre. Por eso, fuera de la experiencia cristiana la indisolubilidad del matrimonio o un amor “para siempre”, de por sí deseables para dos que se aman, de hecho, son percibidos como no posibles”.
Trabajo educativo
La entrevista pasa a los temas espinosos del Sínodo y a la dialéctica surgida en los últimos meses: formas de convivencia distintas al matrimonio, uniones homosexuales, cambios de sexo, etc. Don Carrón afirma que “el punto de partida es entender que detrás de muchas peticiones existen exigencias profundamente humanas: la necesidad afectiva, el deseo de maternidad, la búsqueda de la propia identidad.
Es a este nivel que es necesario responder, existe un trabajo educativo que hacer para ayudar a las personas a acoger la naturaleza profunda de las exigencias que advierten, y entender que las recetas evocadas son inadecuadas para responder a lo que está en la raíz de estas exigencias. Don Giussani decía que “la solución a los problemas que la vida pone no ocurre enfrentando directamente los problemas, sino profundizando en la naturaleza del sujeto que los enfrenta”.
Nuevas formas para comunicar el Cristianismo
Finalmente, cita al Papa Francisco en la Evangelii gaudium “no podemos dar por sentado que nuestros interlocutores conocen el fondo competo de lo que decimos y que pueden unir nuestro discurso con el núcleo esencial del Evangelio que les confiere sentido, belleza y encanto”. Por eso – continúa el sucesor de Don Giussani – el Papa insiste en que es necesario encontrar “formas y modos” nuevos “para comunicar con un lenguaje comprensible la perenne novedad del Cristianismo”.