El pastor protestante Zafar Bhatti, en la cárcel de Rawalpindi desde 2012 por supuesta blasfemia, no ha sido asesinado ni tampoco está herido, como se había informado erróneamente en Pakistán en los últimos días.
Sí fue atacado, y en el ataque, perpetrado por un guardia de la prisión – que dijo que había actuado por “inspiración divina” -, fue herido gravemente Muhammad Asghar, ciudadano escocés, que sufre una enfermedad mental y ha sido condenado a muerte por blasfemia.
Lo confirma a la Agencia Fides la Comisión “Justicia y Paz” de los obispos pakistaníes. Cecil Shane Chaudhry, director Ejecutivo de la Comisión, declara a Fides: “Puedo confirmar que algunos miembros de mi oficina, que han estado en la cárcel de Adiala en Rawalpindi, han hablado con los miembros de la familia del pastor y luego con el propio Zafar”.
Los familiares están indignados por la forma en que circula la falsa noticia de su muerte. La noticia del asesinato de Bhatti fue difundida por la ONG pakistaní “Life for All” y luego relanzada por numerosos medios de comunicación-paquistaníes y agencias internacionales.
Chaudhry comenta a Fides: “Puedo decir que es realmente absurdo cómo algunas organizaciones pueden dar tales noticias sin confirmarlas antes y como algunos medios de comunicación refieran sin comprobar, para ser los primeros. La situación es realmente vergonzosa y traumática para la familia. Necesitamos periodistas y trabajadores humanitarios más responsables en Pakistán”.
El abogado cristiano Mushtaq Gill confirma a la agencia Fides que, no obstante, “sigue viva nuestra preocupación por incidentes como el que ocurrió en la cárcel de Rawalpindi y en casos de ejecuciones extrajudiciales de los acusados y de sus abogados por blasfemia”.
Hoy celebramos a...