Querida amiga.
¿Qué pasará por tu cabeza hoy, con suficientes problemas ya? ¿Qué dolor sentirás en tu corazón al comprobar cómo se discute sin pudor y con ligereza sobre algo que tú te estás planteando y que te está consumiendo? Demasiado ruído ¿verdad? Siempre ruído… cuando lo que tú necesitas es una mano que te acompañe en tu silencio más hondo.
Tú contemplas el horizonte que se te presenta y te asustas, te echas a temblar. Estás muerta de miedo y lo entiendo. Lo que para tantos es una ilusión, para ti está siendo un infierno. Tu cabeza no cesa de encontrar razones para un lado y para el otro. Lees consejos de unos y de otros. Preguntas aquí y allá y nadie es capaz de ayudarte del todo. Tal vez todos te han hablado de derechos, de políticas, de autonomía, de moralidad e inmoralidad, de libertad, de asesinato… tal vez la mayoría han emitido ya un juicio sobre lo que ha pasado y han decidido que ellos lo hubieran hecho mejor que tú. Tú, mientras, cargas con todo ese peso que recibes y no eres capaz de mirarte al espejo sin echarte a llorar. La hora se acerca y hay que tomar una decisión.
Yo, primero, quiero escuchar tu historia. Prometo que no voy a decirte nada. Simplemente te escucharé atento, mirándote a los ojos y agarrándote la mano cuando lo necesites. Nada tengo que decir. Luego me gustará que me cuentes qué piensas, qué opciones te planteas y por qué. No me voy a asustar. Si te planteas abortar, dímelo. Es una opción, es verdad. Una opción legal, rápida y sencilla. Si te planteas seguir adelante, dímelo. Es una opción, lo es. Cuéntame qué te da pavor, qué te hace dudar. Vomítalo. Pero déjame decirte una cosa por si no nos vemos antes de tomar la decisión: Dios está contigo.
No sé si eres creyente o no. A Dios no le importa eso tanto como a nosotros. Al final, Él te quiere igual. Prefiero sonar friki a correr el riesgo de que nadie te diga esto nunca. Dios está contigo y te susurra al oído que no tengas miedo. Si algo has hecho mal, si te has equivocado, Él te espera porque ya te ha perdonado. Dios apuesta por ti, igual que lo ha hecho por mí. Él te dará las fuerzas que necesitas. Él abrirá las puertas que te abran camino. Él responderá si tú le llamas. No importa si ahora te crees esto o no. No pretendo convencerte. Yo lo he experimentado. Sé que es así. El amor sólo se puede probar con el amor. Dios lo único que espera de ti es que te decidas a amar, a amarte, a amar al otro. Si el amor es el criterio, la decisión siempre es correcta, pese al miedo, la incertidumbre, la fragilidad. Abortar no parece una opción desde el amor, ¿no crees? No es una cuestión de moral o de fe sino de amor. De amor entendemos todos, creyentes y no creyentes. Piénsalo. Siéntelo.
No está sola. Yo estoy aquí, me ofrezco a ti. No está sola. Coge tu miedo, tu fracaso, tu equivocación, tu desilusión, tu sufrimiento, tu inseguridad… cógelo todo y sé libre, libre de verdad, libre para no cortar la vida que brota de tu propia vida. Eres tú misma la que está en juego. Es el amor el que está en juego.
Yo hoy cumplo 38 años. Un día como hoy, mi mamá me miró por primera vez a los ojos. Su amor lo cambió todo, cambió la humanidad entera.
Gracias por escucharme. Gracias por confiar en mí. Dios está contigo. Te quiero.
Santi