Gran preocupación de los obispos por el deshielo y el “Cambio Climático”
Pronto, muy pronto, tendremos un documento magisterial pontificio sobre temas tan importantes como el deshielo, el cambio climático, el cuidado del planeta o la degradación de zonas como la Amazonía o la Antártida.
Fue el propio Papa Francisco quien alentó los rumores de su futura encíclica sobre la ecología y quien, en el vuelo de regreso de Seúl a Roma, mostró a los periodistas que se encuentra trabajando en una encíclica sobre este tema, con un primer borrador listo encima de su mesa.
No obstante, y aunque pueda parecer una novedad, no es la primera vez que la Iglesia muestra su preocupación sobre este tema, ya que la custodia de la Creación es uno de las principales preocupaciones del Papa Francisco y ya existen documentos, como por ejemplo el Documento Conclusivo de Aparecida donde se habla “largo y tendido” de esta problemática. Estas son las principales preocupaciones de la Iglesia sobre el Medio Ambiente:
Utilización sostenible de los recursos naturales
En el Documento Conclusivo de Aparecida se explica que “América Latina es el Continente que posee una de las mayores biodiversidades del planeta y una rica socio diversidad, representada por sus pueblos y culturas”. Así se destaca como el gran acervo cultural de los pueblos de América Latina muestran “conocimientos tradicionales sobre la utilización sostenible de los recursos naturales, así como sobre el valor medicinal de plantas y otros organismos vivos, muchos de los cuales forman la base de su economía”.
Apropiación ilícita de las industrias
Tras esta visión positiva del tratamiento de la naturaleza, el documento alerta sobre la “apropiación intelectual ilícita” que tiene lugar en el mundo, ya que “están siendo patentados por “industrias farmacéuticas y de biogenética”, lo que genera “vulnerabilidad de los agricultores y sus familias que dependen de esos recursos para su supervivencia “.
El agua no puede ser mercancía negociable
La exclusión de las poblaciones tradicionales es otro de los puntos sobre los que la Iglesia ha querido alertar y muestra que “La naturaleza ha sido y continúa siendo agredida. La tierra fue depredada”. Entre los ejemplos que ponen se muestra el tratamiento de las aguas como “una mercancía negociable por las empresas” y destaca que el agua se ha transformado en “un bien disputado por las grandes potencias”.
Para los obispos de Latinoamérica: “La Amazonia panamericana ocupa un área de 7,01 millones de kilómetros cuadrados y corresponde al 5% de la superficie de la tierra, 40% de América del Sur. Contiene 20% de la disponibilidad mundial de agua dulce no congelada. Abriga el 34% de las reservas mundiales de bosques y una gigantesca reserva de minerales. Su diversidad biológica de ecosistemas es la más rica del planeta. En esa región se encuentra cerca del 30% de todas las especies de la fauna y flora del mundo”.
Benedicto XVI y la devastación de la Amazonía
No es la primera vez que la Iglesia Católica alerta de la devastación de la Amazonía. En el Estadio de Pacaembu, en San Pablo, el Papa Benedicto XVI llamó la atención sobre la “devastación ambiental de la Amazonia y las amenazas a la dignidad humana de sus pueblos y pidió a los jóvenes “un mayor compromiso en los más diversos espacios de acción”.
Y es que, según los obispos se está produciendo una “propuesta de internacionalización de la Amazonía”, que, como explican: “sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales”. Por ello piden que los territorios de las poblaciones tradicionales sean “reconocidos y legalizados”.
El deshielo y el cambio climático
En el Documento de Aparecida, los obispos muestran el grave problema del retroceso del hielo en el mundo: “el deshielo del Ártico, cuyo impacto ya se está viendo en la flora y fauna de ese ecosistema” y del calentamiento global: “se hace sentir en el estruendoso crepitar de los bloques de hielo antártico que reducen la cobertura glacial del Continente y que regula el clima del mundo”.
Juan Pablo II fue el primero que, hace 20 años señaló proféticamente en la Celebración de la Palabra para los fieles de la Zona Austral de Chile: “lanzo un llamado a todos los responsables de nuestro planeta para proteger y conservar la naturaleza creada por Dios: no permitamos que nuestro mundo sea una tierra cada vez más degradada y degradante”