Durante muchos años, los que duró la dictadura comunista, los católicos de Albania sufrieron cárcel y persecución. Los sacerdotes y religiosos que vivieron esta trágica etapa histórica han sido los verdaderos protagonistas de la celebración de las vísperas que tuvo lugar en la Catedral de San Pablo en Tirana.
Dos impactantes testimonios de un sacerdote y una religiosa sirvieron como homenaje a todos los que, como dijo el Papa: “pagaron un alto precio por su fidelidad a Cristo y por su decisión de permanecer unidos al Sucesor de Pedro. Fueron valientes ante las dificultades y las pruebas”.
Fueron momentos de especial significado, no sólo por sus palabras y su testimonios, visiblemente emocionados, sino también por los gestos, como por ejemplo el abrazo del Papa Francisco con el sacerdote, a quien el Papa levantó para fundirse en una profunda oración silenciosa o la bendición a la religiosa, profunda y visiblemente emocionada.
Consternado e impresionado por los testimonios, el Papa decidió dejar a un lado el discurso que tenía preparado e improvisó unas palabras de cariño hacia la Iglesia de Albania: “He preparado esta visita a Albania leyendo la historia de la persecución y no sabía que Albania había sufrido tanto, ha sido una sorpresa”.
El Papa Francisco, que entregó el mensaje al obispo para que se traduzca y distribuya después del viaje, decidió meditar en voz alta sobre la persecución, sobre el sufrimiento, sobre la respuesta de Dios y la importancia de sentirse sostenidos por la oración y por la Iglesia.
“¿Cómo hacen los mártires para sobrevivir a tanta persecución?”, se preguntó el Papa Francisco: “Dios fue su consuelo” y reflexionó sobre Pedro y como cuando estaba en la cárcel “toda la Iglesia rezaba por él y el Señor le consoló” o sobre cómo los mártires resisten porque “había gente rezando por ellos, muchas viejecitas, monjas de clausura”.
De los mártires de Albania y de los mártires en general se pueden aprender muchas cosas y el Papa quiso ir, poco a poco, mostrando lo que había suscitado su corazón al escuchar los testimonios y conocer la historia de la Iglesia en Albania: “Los mártires nos dicen algo a los cristianos: que el único consuelo viene de Él”, afirmó el Papa: “El Señor consuela de forma incluso escondida, en la intimidad del corazón y con la fortaleza”.
De igual manera alertó a los sacerdotes, religiosos y consagrados que no deben buscar consuelo lejos del Señor: “Si buscáis consuelo fuera de Dios, no seréis felices. No podréis consolar a nadie. Acabaréis, como dice el profeta Elías, cojeando de ambos pies".
“Los mártires no son pretenciosos, nos dicen, también somos pecadores, pero Dios está con nosotros”, explicó el Papa, que mostró que sólo es posible consolar si se mira a Dios: “Dios nos consuela en cada tribulación para que podamos consolar a quienes están en el dolor”.
Hoy celebramos a...