La negra alma de un “espectáculo” y de quienes lo aceptan como “protegido por la Constitución de Estados Unidos”Hoy domingo 21 de septiembre, en el City Civic Center Music Hall de Oklahoma, Estados Unidos, está programada una “misa negra” como un supuesto espectáculo, que resulta, en realidad, un ritual sacrílego que “busca agredir a la Iglesia católica”, tal como lo advirtió el obispo de Oklahoma, monseñor Paul Coackley.
El prelado estadounidense advirtió –desde que se hizo pública la programación del rito- que éste constituye “una inversión y distorsión satánicas de las creencias más sagradas no sólo de los católicos sino de todos los cristianos”.
Más adelante, señaló que “una misa negra se puede calificar claramente como ofensiva, obscena e inmoral. Su único propósito es mostrar hostilidad hacia el catolicismo y todo lo que es sagrado para los cristianos”.
Y, apelando al concepto de libertad religiosa que se defiende y se define en muchos otros ámbitos de Estados Unidos, monseñor Coackley apuntó: “Es difícil imaginar que el Centro Cívico sea tan permisivo permitiendo a un grupo usar sus instalaciones para quemar un copia del Corán, o para realizar un acto anti-semítico. ¡No lo permitirían!. ¿Por qué esto es diferente? Hay normas comunitarias que respetar”.
Una campaña de firmas para que se detenga el sacrilegio
La organización civil CitizenGo ha estado recogiendo firmas para que la misa negra en Oklahoma se cancele definitivamente. Mientras que el “espectáculo había logrado vender 100 boletos, las firmas de quienes piden la cancelación del acto llegó a casi 90 mil. La firma –que es confidencial—iba antecedida de la siguiente misiva a la atención del director general del Centro Cívico de Oklahoma, Jim Brown y con copia al alcalde de Oklahoma, Mick Cornett:
Le escribo en relación a la misa negra que pretende celebrarse en el centro cívico de Oklahoma el próximo 21 de septiembre.
Argumentan que aunque el tema les repugna, “no pueden practicar censura”. Les pregunto si habrían hecho lo mismo en caso de tratarse de un acto de quema del Corán o un acto antisemita.
Una misa negra es un acto en el que se invoca a Satanás y se profana la Eucaristía. Un grave atentado a la libertad religiosa y a la convivencia social.
Además, como saben, el organizador ha reconocido haber robado una hostia consagrada. La ha devuelto ante la actuación penal de la diócesis, pero reconoce haber robado una propiedad ajena y mantiene la ofensa.
Por todo ello le pido que cancele el evento. Por la libertad religiosa consagrada en la Constitución. Por la convivencia social de todos.
Dos cosas diferentes
Para el abogado Michael W. Caspino, entrevistado por Catholic News Agency, el evento sacrílego violenta las normas del propio recinto que lo alojará. “Una cosa es permitir a diferentes religiones venir y celebrar su religión. Es una cosa totalmente distinta permitir venir a un grupo que busca profanar e insultar otra religión”, expresó.
El letrado estadounidense descartó el argumento de que mientras no se compruebe que se va en contra de una ley no se podría cancelar el evento: “Hay cosas ahí afuera que son legales, pero que son de mal gusto y que violentan los estándares de la comunidad. Deberían ser detenidas simplemente basados en esto. “no todo lo que es legal está bien”. Para Caspino un rito de este tipo “no tiene ningún valor más que insultar a otras personas y profanar instituciones religiosas”.
La misa negra fue convocada por el grupo satanista Dakhma de Angra Mainyu. El líder del grupo –Adam Daniels, de 35 años de edad y auto denominado como “gran sacerdote”– está registrado en los anales de la policía de Oklahoma como un abusador sexual. El grupo pago 420 dólares por la renta del Centro Cívico de Oklahoma. Abogados de la propia ciudad han dicho que el acto puede celebrarse de acuerdo a la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que protege la libertad de expresión artística.