El 21 de septiembre llegará a un país renovado después de la dictadura, que mira con favor a Occidente y al catolicismo
¿Qué escenario encontrará el Papa Francisco el próximo 21 de septiembre en Albania? Il Corriere della Sera (27 agosto) esboza un cuadro poco tranquilizador. El gobierno y los servicios secretos albaneses han señalado a la Interpol el temor por la incolumidad del pontífice en Tirana a causa de un denso grupo de kosovaris – liberados de la guerra contra Serbia – que han abrazado la causa del fundamentalismo islámico, yendo y volviendo de Irak y de Siria, donde han combatido en los frentes del Isis.
La presencia en el territorio albanés de muchos extremistas relacionados con el autoproclamado Estado Islámico se ha sumado a lo evidenciado en los días pasados por las fuentes israelitas a todos los servicios secretos, incluidos los italianos, que creen que en la mira del Isis está también el pontífice, máximo representante del Cristianismo.
Jihadistas y riesgo real
“¿Los jihadistas? Albania es hilo occidental, tolerante, no tiene extremistas religiosos, pero la excepción puede existir”, subraya a Aleteia Roberto Morozzo della Rocca, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Roma Tre, entre los más competentes expertos de historia de los Balcanes. “En el cercano Kosovo – confirma el docente – parece que alrededor de 150 jóvenes han combatido al lado del Isis, y parece que 16 de ellos han perdido la vida. Hablamos de un pequeño grupo que el gobierno de Pristina está monitoreando, y esto no puede ser indicativo de un riesgo para el viaje del Papa”.
Musulmanes occidentalizados
Los albaneses están desplazados también en Kosovo y Macedonia donde a diferencia de Albania son casi todos musulmanes. “Pero no se puede hacer la ecuación de ser musulmanes es igual a ser terroristas. Los musulmanes albaneses viven como los occidentales, tienen los mismos hábitos. Luego las excepciones están en todos lados”. La Iglesia católica, por otra parte, es vista como un elemento de occidentalización, “aunque no sea así porque es universal. Es una Iglesia renacida hace veinte años, después del final del régimen dictatorial, fue reconstruida en sus estructuras y ha reencontrado un porcentaje de fieles que se atesta al 10% de la población”.
Convivencia interreligiosa
En Albania los católicos representan una minoría. El 20 % son cristianos ortodoxos, el resto musulmanes sunitas o pertenecientes a siete místicas atribuibles al Islamismo. “Y, sin embargo, las relaciones entre las religiones- explica el histórico – no son conflictivas y esto es seguramente un hecho relevante. Esto que une la nación es el sentimiento patriótico”.
Los dos mensajes de Francisco
En este contexto “el viaje del Papa es un homenaje a los sufrimientos sufridos por los creyentes en general durante la dictadura, es un homenaje al martirio religioso sufrido por toda esta tierra. En segundo lugar – prosigue el experto de historia de los Balcanes – es un homenaje a la convivencia pacífica entre comunidades religiosas diversas. Albania es un buen ejemplo para muchos países europeos, donde las diferencias religiosas son marcadas de manera poco serena”.
La ovación por Wojtyla
Existe un precedente alentador y que aleja sombras de violencia y terrorismo. “Quiero recordar que Juan Pablo II hace veinte años fue acogido con una ovación en Albania, también por los musulmanes, como demostración de que en este país – concluye – no existe ninguna hostilidad hacia el cristianismo y occidente al cual se siente pertenecer, a pesar de la larga historia otomana”.