El gobierno de México lamenta la medida: “esto no soluciona la crisis migratoria”
Texas, el Estado de la Estrella Solitaria, cuna de la dinastía de los Bush y ahora gobernado por un republicano que quiere contender por las presidenciales en 2016, Rick Perry, ha visto desplegarse el día de ayer al primer grupo de soldados de la Guardia Nacional (del propio Estado de Texas) a lo largo de su frontera con México.
Los cerca de dos mil kilómetros compartidos por Texas y los estados mexicanos de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, estarán, a partir de este movimiento duramente criticado por México, ocupados por soldados de élite en puestos de observación en apoyo a la “Operación Seguridad Fuerte”, con la que el gobierno texano pretender salvaguardar la seguridad interna del gigantesco Estado que hasta mediados del siglo XIX perteneció a México.
En un comunicado difundido el día de ayer miércoles por la oficina del gobernador Perry, se dejó en claro que estas son las primeras tropas en ocupar posiciones a lo largo del Río Bravo, en apoyo de la “Operación Seguridad Fuerte”, emprendida por el Departamento de Seguridad Estatal de Texas y pagados por el gobierno republicano de esta entidad que, por sí sola, ocuparía el séptimo puesto entre los países del mundo con mayor Producto Interno Bruto.
El anuncio del despliegue de la Guardia Nacional de Texas en la frontera con México había sido hecho por el gobernador Perry el pasado 21 de julio. En ese entonces se anunció que el contingente total iba a ser de mil soldados, por lo que este primer grupo que se pone en la frontera está compuesto por poco menos de la mitad, aunque no se especificó el número de efectivos movilizados por orden del gobernador texano.
Texas: contra las bandas criminales
El objetivo que persigue Rick Perry, al menos el objetivo que ha difundido desde entonces y que se refuerza con el comunicado del día de ayer, es el de “ayudar al Departamento de Seguridad Pública de Texas con la detección y disuasión de la actividad delictiva asociada con los cárteles de drogas y con pandillas transnacionales”. El anuncio hecho en julio despertó el entusiasmo entre los efectivos de la Guardia Nacional de tal suerte que, no obstante haber aprobado el congreso texano mil soldados, a la fecha suman dos mil 200 los voluntarios que se han apuntado para esta labor de vigilancia.
Los soldados de la Guardia Nacional de Texas utilizan equipos de alta potencia óptica para observar los sectores a lo largo del Río Bravo que divide la frontera entre ambos países a lo largo del territorio texano. El gobernador Perry ha dicho en repetidas ocasiones que en los últimos meses las medidas de seguridad en la frontera se habían visto “rebasados por la llegada de miles de menores indocumentados que cruzaron la frontera sin la compañía de un adulto” y que ello es un aviso de que “los cárteles y bandas criminales estaban explotando esa situación para la trata de personas y cruce de drogas”.
México: esto no resuelve la crisis
Sin embargo, desde que se anunció el despliegue, el cruce de niños migrantes no acompañados, así como la de aquellos que viajan con adultos ha disminuido a su nivel más bajo desde febrero de 2013, de acuerdo con el Departamento de Seguridad Interna (DHS) de Estados Unidos. El secretario de Seguridad Interna, Jeh Johnson, informó el pasado lunes que tres mil 141 menores sin acompañantes fueron detenidos en la frontera con México en el mes de agosto, lo que reflejó una caída del 42.9 por ciento en las detenciones respecto a julio.
Tras el anuncio de Perry, el gobierno mexicano rechazó el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera por considerarlo injustificado y por no contribuir "a la solución del fenómeno migratorio". La “Operación Seguridad Fuerte” tiene un presupuesto inicial de 38 millones de dólares, una duración de tres meses y ha levantado una gran polémica, ya que sus detractores la consideran una operación propagandística de Perry en su carrera hacia la Casa Blanca.