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Nuestra propia casa no estará en paz, mientras el mundo no lo esté

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Alvaro Real - publicado el 09/09/14
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Celebración de Monseñor Munilla en Arantzazu “Madre de la paz”El obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla presidió esta mañana la celebración de la fiesta de Nuestra Madre de Arantzazu, a la que se refirió como “Madre de la Paz”. Tras recordar cómo a ella se le ha pedido tantas veces por la paz del pueblo vasco, quiso mostrar que “en este mundo tan globalizado, cada vez somos más conscientes de que la paz solo llegará a ser consistente en la medida en que llegue a ser universal”.

“Nuestra propia casa no estará en paz, mientras el mundo no lo esté”, afirmó el obispo de San Sebastián mostrando que “no somos ajenos ni indiferentes ante la suerte de los lugares en conflicto. Cada vez se hace más patente el hecho de que la comunidad internacional tiene una gran responsabilidad en los conflictos armados… Cada vez se hace más patente que cada uno de nosotros  tiene que aportar su granito de arena en la construcción de la paz, sin escudarse en la responsabilidad de los políticos…”

Iglesia en Salida

Durante su homilía, el obispo de San Sebastián se preguntó si hay que traer gente a la Iglesia o traer la Iglesia a la gente y explicó que la opción de “traer gente a la Iglesia”, “es más propia de una concepción histórica de cristiandad, en la que el componente sociológico es determinante, hasta el punto de llegar a oscurecer el encuentro personal con Cristo”.

“Nuestra situación es la del pastor que tiene una oveja en el redil y noventa y nueve fuera de él”, expresó monseñor Munilla parafraseando al Papa Francisco y volvió a preguntarse: “¿Cuál debe de ser nuestro estilo pastoral? ¿Traer las ovejas al redil, o llevar el redil a donde están las ovejas?” 

Según el obispo de San Sebastián, el Papa Francisco nos llama a ser una Iglesia en salida, lo cual no puede ser interpretado como una “mundanización de la Iglesia”. Por ello, explicó que “en primer lugar, para ir afuera, hay que empezar por llegar adentro”. “Sin conversión personal y sin conocimiento profundo de la espiritualidad católica, la evocación de la Iglesia en salida quedará reducida a una mera imagen”, destacó monseñor Munilla.

Valiente, como siempre en sus intervenciones el obispo Munilla pidió no tener miedo a la diversidad de Carismas, a otras experiencias de evangelización, a la precariedad y la falta de medios económicos, a la diversidad de la Iglesia, a los cuestionamientos críticos o a nuestra propia incapacidad.

“Tenemos que llevar la Iglesia a la gente, para lo cual se requiere una conversión personal y pastoral en todos y cada uno de nosotros, que nos permita llegar a ser una verdadera Iglesia en salida, auténtico sueño del Papa Francisco”, continuó el prelado que animó a participar en “los diversos apostolados organizados por la propia Iglesia o por los carismas en ella existentes” y una mayor presencia en los medios de comunicación y en las redes sociales.

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